«La imagen del barranco de La Horteta con olas fue dantesca». Así recuerda la alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado, aquel 29 de octubre de 2024, cuando la DANA golpeó con fuerza el corazón de l’Horta Sud. Un año después, su voz todavía se quiebra al rememorar unas horas que marcaron para siempre a la ciudad: once personas fallecieron, ocho de ellas vecinas del municipio.
«A las diez de la mañana se pasó a alerta roja; nunca había estado en una alerta así», relata. Tras una reunión urgente del gabinete de crisis, el Ayuntamiento suspendió la actividad escolar, los entrenamientos deportivos y cerró los pasos inundables y los parques. «Nos preocupaba cómo avisar a los vecinos, y lo hicimos por redes sociales y por todos los canales municipales», explica.
A media tarde, Folgado y su equipo inspeccionaron los barrancos de La Horteta y el Poyo, los dos cauces que confluyen en Torrent. “Los barrancos venían con un hilillo de agua. Fuimos a comer y decidimos volver sobre las seis, pero a las cinco y media pensé que debíamos regresar… y el barranco de La Horteta ya venía desbocado”.
La escena que encontró la alcaldesa fue devastadora: «La pasarela había desaparecido y la imagen era dantesca, un barranco con olas.»
«Ver los coches flotando con las luces encendidas, arrastrados por esas olas descomunales, fue una de las imágenes más impactantes de mi vida».
Poco después, la Policía Nacional confirmó la primera víctima. «Donde confluyen el barranco de La Horteta y el Poyo, el agua pasaba por encima del puente y la zona se inundaba por completo. La gente tenía que salir de allí sí o sí», recuerda.
“Igual que la DANA nos rompió, la solidaridad nos unió”
El Ayuntamiento habilitó el pabellón de El Vedat para acoger a las personas evacuadas. “Serían las siete de la tarde cuando lo abrimos. Cruz Roja acudió enseguida y las asociaciones de vecinos trajeron mantas, ropa, comida… todo lo que tenían. Fue una ola de solidaridad”, afirma.

Días después, cuando el barro aún cubría las calles, Torrent fue consciente de la magnitud de la tragedia. “Llegaba gente al pabellón llena de barro diciendo que venían de la autovía. Entonces entendimos hasta dónde había llegado todo aquello. Ni la gente mayor recuerda haber visto algo igual en el barranco”.
Pero de la destrucción nació una respuesta colectiva: «Igual que la DANA nos rompió y nos inundó, la solidaridad nos unió». La alcaldesa asegura que recibió ayuda de toda España —del País Vasco, Granada, Badalona, Ciudad Real o Palma de Mallorca— y que Torrent la distribuyó entre los municipios vecinos: «Nos llegaban palas, botas, comida, medicamentos… Fue emocionante».
“La DANA te enseña que no existen fronteras”
A punto de cumplirse un año, Folgado lanza un mensaje claro: «La DANA te enseña que no existen fronteras. Cuando afecta a un municipio, puede afectarte a ti o a tu vecino. Por eso pido que todas las administraciones trabajemos juntas».
Además de reclamar las ayudas pendientes, insiste en que es imprescindible actuar sobre los dos cauces principales: «El barranco de La Horteta es silencioso y peligroso. Necesita limpieza, consolidación de los taludes y un plan claro de actuación, igual que el del Poyo».
«No podemos borrar lo que pasó, pero sí podemos aprender y actuar. Porque lo vivido aquel 29 de octubre no puede volver a repetirse».
Desde el Ayuntamiento, avanzan medidas como la instalación de cámaras y sistemas de aviso en la zona de los barrancos, pero advierte que «sin la implicación de la Confederación Hidrográfica del Júcar no podremos evitar que algo así vuelva a ocurrir».
Con un 40 % del término municipal afectado, Torrent sigue recuperándose. «En la ciudad no hubo grandes daños, pero sí en los núcleos diseminados y en barrios como El Xenillet y Bonestar, donde algunas viviendas han tenido que derribarse porque era inviable repararlas».


























