El centro de salud de La Coma reabre con Policía, cacheos y detector de metales
Exterior del centro sanitario de la Coma (Paterna).

Una enfermera ha sufrido una agresión con arma blanca durante una visita domiciliaria en el barrio de La Coma, en Paterna. Los hechos ocurrieron el pasado 6 de octubre, según avanza Levante EMV, apenas tres días después de que la profesional se incorporara a su nuevo puesto. La sanitaria buscaba una dirección cuando pidió ayuda a un vecino para orientarse. El hombre, conocido en la zona por sus antecedentes delictivos, insistió en acompañarla pese a su negativa. Minutos después, la siguió hasta un patio donde la empujó, la arrinconó y la tiró al suelo, amenazándola con una navaja.

La enfermera consiguió defenderse a golpes y gritos hasta que varios vecinos acudieron en su auxilio, lo que le permitió escapar y ponerse a salvo. En su huida se cruzó con una patrulla de la Policía Local, a la que informó de lo sucedido. Los agentes identificaron al agresor, que cuenta con antecedentes. La trabajadora ha presentado denuncia y permanece de baja por accidente laboral.

Tras el suceso, los sanitarios del centro han emitido un comunicado en el que denuncian la inseguridad que afrontan, especialmente durante las visitas domiciliarias, parte esencial de su labor asistencial. Reclaman medidas de protección más efectivas y advierten de que la propuesta de acudir acompañados por la Policía Local no es viable, ya que muchos son nuevos en el destino y desconocen qué zonas presentan mayor riesgo.

Cierre temporal del centro en 2023 por otra agresión

El ambulatorio de La Coma ya vivió un episodio similar en mayo de 2023. El centro fue clausurado por el departamento sanitario del Arnau de Vilanova tras una agresión sufrida por un médico. El ataque, cometido por un paciente armado con un cuchillo, provocó la baja laboral de la mayoría del personal debido a la ansiedad y el estrés derivados del suceso.

La rápida intervención del personal de seguridad y de otros trabajadores evitó daños mayores, pero el impacto emocional llevó a médicos, enfermeros y administrativos a solicitar la baja médica, lo que obligó a cerrar temporalmente el ambulatorio. Durante ese tiempo, los pacientes fueron atendidos en los centros de Clot, Campamento, Lloma Llarga y La Cañada.