El hallazgo de un cadáver calcinado en una zona boscosa de difícil acceso ha conmocionado a los vecinos de Oliva. Los restos fueron descubiertos en la tarde del miércoles por una pareja de senderistas en la montaña de la Creu, muy cerca de la Cruz de Oliva. A escasos 500 metros del último punto donde se vio por última vez a Beatriz Guijarro, la joven madre desaparecida la madrugada del 9 de agosto.
El cadáver se encontraba boca abajo, junto a una valla próxima a la autopista AP-7, y presentaba un avanzado estado de carbonización, lo que impide por ahora determinar con certeza la identidad o las causas de la muerte. Agentes de la Guardia Civil de Gandía y de la Policía Científica se desplazaron hasta el lugar y, tras una minuciosa inspección, procedieron al levantamiento del cuerpo poco antes de la medianoche.
La identificación, en el Instituto de Medicina Legal de València
Aunque la confirmación oficial depende de los análisis de ADN y odontológicos, algunos indicios apuntan a que podría tratarse de Beatriz. Junto al cuerpo se han hallado restos de lo que podría ser una mochila similar a la que llevaba la joven la noche de su desaparición. La proximidad al último lugar donde se vio y la coincidencia con otros elementos refuerzan esta hipótesis, aunque la autopsia esclarecerá su identidad.
El estado del cadáver estaría relacionado con el incendio forestal que arrasó esa misma ladera el pasado 4 de septiembre. Dicho fuego, según se comprobó, lo provocó un vecino del municipio en un acto vandálico ajeno a la desaparición de la joven. El detenido por el incendio permanece investigado por ese suceso, pero de momento no hay vínculo con el caso de Beatriz.
Las líneas de investigación siguen abiertas. La Guardia Civil no descarta que la muerte se produjera por una caída accidental mortal, ya que el lugar del hallazgo está escarpado y es de difícil acceso. Sin embargo, en caso de que la autopsia revele signos de violencia, la investigación dará un giro hacia la hipótesis de un homicidio.
La desaparición de Beatriz Guijarro, calificada desde el inicio como “inquietante”, mantuvo en vilo al municipio durante más de 50 días. Ahora, con el hallazgo de este cadáver, sus familiares esperan poder resolver la angustiosa incertidumbre que los acompaña desde aquella madrugada de agosto.
