La DANA que azotó Valencia en octubre de 2024 dejó a su paso una estela de destrucción, con carreteras cortadas, viviendas inundadas, cultivos arrasados, decenas de municipios desbordados por la magnitud de las lluvias y 229 víctimas mortales.
Un año después, con más de 150 millones de euros movilizados en ayudas, la recuperación avanza, aunque marcada por la lentitud administrativa y la complejidad de gestionar la emergencia en pueblos con recursos muy limitados. En este contexto, el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, defiende la necesidad de “dejar el ruido político a un lado” y centrar todos los esfuerzos en que los fondos lleguen “donde realmente hacen falta”.
Las trabas burocráticas
El dirigente popular reconoció que “los ayuntamientos tienen problemas para ejecutar las ayudas por la propia burocracia”, lo que retrasa la recuperación de infraestructuras básicas y viviendas dañadas.
Mompó subrayó que la Diputación ha actuado con “celeridad” para liberar recursos, pero admitió que el “cuello de botella” se encuentra en la capacidad administrativa de los consistorios, sobre todo los más pequeños. “Las ayudas están ahí, ahora tenemos que conseguir que se conviertan en realidades tangibles para la gente”, defendió.
Mompó: “Dejar el ruido a un lado”
Mompó insistió en que la gestión de una catástrofe como la DANA no puede quedar atrapada en la confrontación política. Defendió que la prioridad debe ser la cooperación entre administraciones, sin importar el color del gobierno en cada nivel. “Cuando la gente lo está perdiendo todo, no quiere reproches ni excusas, quiere soluciones. Las catástrofes no entienden de colores, lo que toca es remar todos en la misma dirección”, afirmó el presidente de la Diputación, que reclamó altura de miras y responsabilidad para dejar de lado debates estériles.
En este sentido, defendió que la Diputación ha hecho “lo que tocaba”, movilizando recursos con rapidez, y pidió al resto de instituciones que mantengan la misma actitud. Subrayó que el único objetivo común debe ser convertir los fondos ya comprometidos en realidades palpables: carreteras reparadas, alcantarillado en condiciones, ascensores instalados en edificios antiguos y viviendas recuperadas. “El ruido político no arregla una acequia ni levanta una carretera. El trabajo conjunto sí”, zanjó.
El juicio de la DANA
El presidente de la Diputación también se refirió a la investigación judicial abierta sobre la gestión de la catástrofe. Restó dramatismo a su comparecencia, asegurando que se trató de un trámite más dentro del proceso y que en ningún momento se ha sentido señalado. “Lo duro no fue ir al juzgado, lo duro fue el 29 de octubre, cuando vimos cómo se destrozaban pueblos enteros. Yo no he mentido y siempre he dado la cara”, señaló Mompó, defendiendo la transparencia de su actuación.
Consciente del impacto mediático del caso, pidió que el foco se mantenga en lo verdaderamente importante: la recuperación de los municipios afectados y el bienestar de los vecinos que aún esperan soluciones. “La gente quiere volver a la normalidad, no debates judiciales interminables. Nosotros seguiremos trabajando desde la Diputación porque lo prioritario no es el ruido político ni los tribunales, sino que las ayudas lleguen cuanto antes”, subrayó.
Preparados para futuras emergencias
Mompó quiso dejar claro que la DANA de 2024 ha supuesto un punto de inflexión en la forma en la que las administraciones deben afrontar fenómenos climáticos extremos. “Esto que hemos vivido no es algo puntual. Todo apunta a que se repetirá con más frecuencia, y tenemos que estar preparados”, advirtió.
El dirigente popular explicó que la Diputación trabaja en reforzar los protocolos de respuesta, tanto desde el punto de vista técnico como logístico. Habló de la necesidad de dotar de más recursos materiales a los ayuntamientos, especialmente a los pequeños, que carecen de brigadas propias o de personal especializado en emergencias. “Un municipio de 1.000 habitantes no puede enfrentarse solo a una catástrofe que arrasa calles, viviendas y carreteras. Nuestro deber es ponerles al alcance herramientas de prevención y respuesta inmediata”, recalcó.
Entre las medidas que se barajan figuran planes de coordinación más rápidos entre Diputación, Generalitat y Delegación del Gobierno, la creación de protocolos de actuación comunes para los equipos de emergencia y la posibilidad de impulsar fondos de contingencia que puedan activarse en cuestión de horas.
Mompó también subrayó la importancia de invertir en infraestructuras resilientes. “No se trata solo de arreglar lo que se ha roto, sino de hacerlo de manera que resista mejor la próxima vez. Carreteras, alcantarillado, sistemas de drenaje… debemos pensar a medio y largo plazo”, apuntó.
El presidente provincial añadió que la formación de personal técnico y voluntarios de Protección Civil será clave para minimizar los daños futuros. “No podemos evitar la lluvia ni el viento, pero sí podemos reducir sus efectos con preparación y con una respuesta coordinada”, concluyó.
Despoblación y comercio local
El presidente de la Diputación vinculó directamente la recuperación tras la DANA con la lucha contra la despoblación que sufren muchos municipios del interior de Valencia. Aseguró que la única manera de frenar la pérdida de habitantes es garantizar servicios de calidad e infraestructuras en condiciones: carreteras que conecten bien con las cabeceras de comarca, centros de salud que funcionen, escuelas que no cierren y viviendas accesibles. “Cuando un pueblo carece de lo básico, sus vecinos acaban marchándose; por eso invertir en lo esencial es invertir en futuro”, sostuvo Mompó.
En este contexto, el dirigente popular defendió el papel del pequeño comercio como elemento clave para mantener viva la vida en las localidades. Apostó por reforzar ayudas a los negocios de proximidad, fomentar el consumo de productos locales y crear redes de colaboración entre comercios de diferentes pueblos para ganar competitividad. “Un pueblo sin tiendas ni bares acaba siendo un pueblo vacío. El comercio local no es solo economía: es cohesión social, es identidad y es calidad de vida”, remarcó.
Mensaje a los afectados
En su mensaje final, Mompó quiso dirigirse a los vecinos que todavía sufren las consecuencias de la DANA, muchos de los cuales siguen esperando soluciones mientras intentan rehacer su vida entre trámites, obras a medias y recuerdos dolorosos. “Sé que no es fácil, que la espera se hace larga. Pero quiero transmitirles que desde la Diputación estamos comprometidos en ayudarles a recuperar la normalidad lo antes posible. No les vamos a dejar solos”, afirmó con rotundidad.
El presidente provincial reconoció que la burocracia puede hacer que el proceso sea desesperante, pero insistió en que el objetivo de la institución es que cada euro invertido se traduzca en mejoras palpables. “No hablamos de papeles, hablamos de familias que quieren volver a sus casas, de agricultores que necesitan recuperar sus campos, de vecinos que sueñan con que sus pueblos vuelvan a la vida”, subrayó.
Con un mensaje esperanzador, concluyó que la Diputación seguirá acompañando a cada pueblo y a cada familia durante todo el proceso. “Esto no acaba con la aprobación de una ayuda. Acaba cuando cada afectado haya podido recuperar su vida. Ese es el compromiso que asumimos desde el primer día y que mantendremos hasta el final”.













