El alcalde de Alaquàs, Antonio Saura, ha repasado en el programa Ágora de 7TeleValencia el difícil momento vivido por el municipio tras el paso de la DANA del pasado 29 de octubre. A pesar de la gran afectación en diversas zonas del término municipal, la localidad no tuvo que lamentar víctimas mortales entre sus vecinos. “Dentro de la desgracia, lo más importante es que no hubo fallecidos en Alaquàs”, señaló Saura.
El episodio de lluvias torrenciales dejó parcialmente anegado un cuarto del municipio, con niveles de agua que llegaron a alcanzar 1,70 metros en algunos puntos. “Una planta baja totalmente inundada”, describía el alcalde. Aunque la mitad de la población no se vio afectada directamente, los barrios más próximos al barranco de la Saleta sufrieron los peores estragos.
Saura lamentó la falta de información en tiempo real sobre el comportamiento del barranco y reclamó una revisión de los protocolos de emergencia. “No puede ser que los alcaldes tengamos que decidir sobre la suspensión de clases sin los datos necesarios”, criticó. De hecho, explicó que la alerta roja llegó ya con las aulas abiertas, y que no hubo ningún aviso específico sobre el riesgo de desbordamiento del barranco.
EL RETO HIDRÁULICO: EL DESVÍO DE LA SALETA
El alcalde subrayó que tanto Alaquàs como el vecino municipio de Aldaia comparten la amenaza del barranco de la Saleta. “Llevamos más de 20 años reclamando actuaciones estructurales y, aunque se han hecho cosas, siguen siendo insuficientes”, afirmó. Entre los proyectos más avanzados destacó el desvío subterráneo del barranco, promovido por la Confederación Hidrográfica del Júcar, que permitiría aliviar hasta 100 m³ de caudal a su paso por Alaquàs. “No resolverá episodios extremos como la DANA, pero sí evitará la mayoría de inundaciones”, aseguró.

Según indicó Saura, el proyecto ya ha pasado la fase de evaluación ambiental y se espera que se licite antes de que finalice el año. Sin embargo, advirtió que las obras no estarán listas antes del próximo otoño. “Lo importante es que se ha ampliado su capacidad tras lo vivido y que ahora existe voluntad política real para ejecutarlo”, añadió.
RECONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS
Entre los daños más significativos, el Castillo de Alaquàs, símbolo patrimonial de la ciudad, y su biblioteca sufrieron inundaciones en las zonas bajas. “El castillo resistió gracias a su arquitectura, pero el almacén museístico quedó afectado”, relató el alcalde. Parte de las piezas históricas, incluidos los cuadernos de investigación locales, fueron recuperadas y están siendo reubicadas en un nuevo edificio municipal más seguro.
Otro edificio muy dañado fue el centro juvenil El Passatge, ubicado completamente en planta baja, donde se perdieron equipos informáticos, salas de estudio y de ensayo musical. El consistorio ha solicitado financiación al Ministerio de Política Territorial para levantar un nuevo inmueble en una cota más alta. “No queremos más de lo que teníamos, pero sí infraestructuras resilientes”, señaló.
COMERCIOS Y SANEAMIENTOS, AVANCES DISPARES
En cuanto al impacto económico, varios comercios sufrieron inundaciones, y aunque la mayoría han vuelto a abrir, algunos no han podido retomar la actividad. En lo relativo al saneamiento urbano, la red general resistió en gran parte gracias a la rápida acción de vecinos y equipos municipales, aunque dos calles quedaron con el alcantarillado completamente colapsado. El Ayuntamiento ha solicitado subvenciones al Ministerio para reparar estos puntos críticos.
A pesar de todo, el alcalde se mostró optimista y agradecido con la respuesta ciudadana. “La recuperación va en marcha y estamos atentos para que las promesas se conviertan en realidad. Esta vez no podemos permitirnos dejarlo pasar”, concluyó Antonio Saura.






