El cambio climático sigue causando estragos en todo el mundo, y las proyecciones para Europa son alarmantes. Un reciente estudio publicado en la revista científica Nature Medicine advierte que el aumento de las temperaturas podría provocar más de 2,3 millones de muertes adicionales relacionadas con el calor en 854 ciudades europeas antes del año 2100. Entre las más afectadas, Valencia se sitúa como una de las diez urbes que sufrirán un mayor impacto, junto a Barcelona y Madrid.
El informe destaca que la situación es especialmente grave en la región mediterránea, donde la combinación de olas de calor más frecuentes e intensas podría tener consecuencias «nefastas» si no se toman medidas urgentes. «Si seguimos un camino más sostenible, podríamos evitar millones de muertes antes de finales de siglo», apunta Pierre Masselot, uno de los autores del estudio.
En España, tres ciudades encabezan la lista de los territorios con mayor número de fallecimientos previstos debido a las altas temperaturas: Barcelona (246.082 muertes proyectadas), Madrid (129.716) y Valencia (67.519).
En total, solo en estas tres ciudades españolas se espera que fallezcan alrededor de 375.000 personas por causas relacionadas con el calor extremo antes de finales de siglo. Esto supone cerca del 50% de los fallecimientos que se registrarán en las diez ciudades europeas con mayor riesgo climático.
Se dice: «pero es que los modelos climáticos están exagerando y no están siendo capaces de prever el ascenso de temperatura. Las previsiones van muy por encima de las observaciones». Lo que dicen los modelos climáticos en dos escenarios de emisión habituales 👇 pic.twitter.com/0aSH57WUrI
— AEMET_C. Valenciana (@AEMET_CValencia) February 5, 2025
Las ciudades europeas con mayor mortalidad por calor
Según el estudio, las ciudades que registrarán el mayor número de muertes relacionadas con el calor extremo hasta el año 2100 serán:
- Barcelona – 246.082 fallecidos.
- Roma – 147.738 fallecidos.
- Nápoles – 147.248 fallecidos.
- Madrid – 129.716 fallecidos.
- Milán – 110.131 fallecidos.
- Atenas – 87.523 fallecidos.
- Valencia – 67.519 fallecidos.
- Marsella – 51.306 fallecidos.
- Bucarest – 47.468 fallecidos.
- Génova – 36.338 fallecidos.
Los expertos advierten que debido a su alta densidad poblacional y su ubicación geográfica, las ciudades mediterráneas serán las más afectadas por el aumento de las temperaturas. Sin embargo, muchas otras ciudades en países como Malta, España e Italia también enfrentarán un grave impacto por la mortalidad relacionada con el calor.
Medidas urgentes para frenar el impacto del cambio climático
Ante este sombrío panorama, los científicos insisten en la importancia de implementar medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático. Según los autores del estudio, cerca del 70% de las muertes proyectadas podrían evitarse si se aplican estrategias efectivas de adaptación y reducción de emisiones.
Antonio Gasparrini, autor principal del artículo, subraya que «el pronunciado aumento de las muertes relacionadas con el calor superará con creces cualquier descenso de mortalidad relacionado con el frío, lo que se traducirá en un aumento neto de la mortalidad en toda Europa».

Valencia ya sufre los efectos del cambio climático: más de 500 muertes en 2024
El impacto del cambio climático en Valencia ya es una realidad. Según el último informe MoMo del Instituto de Salud Carlos III, en 2024 se registró la cifra más alta de fallecimientos por temperaturas extremas en la Comunitat Valenciana desde que existen registros. En total, se contabilizaron 516 muertes, un 42% más que el año anterior.
De estas, 205 ocurrieron en invierno debido a bajas temperaturas, mientras que en verano se produjeron 268 fallecimientos por calor extremo. Además, en lo que va de 2025, ya han fallecido 138 personas en la región por causas atribuibles a las temperaturas extremas.
El informe deja claro que las ciudades del Mediterráneo, incluida Valencia, están en una situación de riesgo extremo debido al cambio climático. Sin embargo, la implementación de políticas adecuadas podría reducir significativamente el impacto de las altas temperaturas en la población.












