Felipe VI y Letizia han inaugurado esta mañana la Feria Internacional del Turismo (Fitur) que ha arrancado hoy en Madrid. Durante su visitan, los Reyes han realizado una parada especial en el estand de la Comunitat Valenciana dedicando más tiempo del protocolario a hablar con las autoridades.
Uno de los momentos más destacados lo ha protagonizado el president de la Generalitat, Carlos Mazón, quien ha obsequiado a los monarcas con un regalo muy especial y con sello valenciano.
«Les he entregado a Sus Majestades los Reyes un conjunto de abanicos, elaborados por artesanos de las poblaciones afectadas por las riadas, pertenecientes al Gremio de Abaniqueros, en reconocimiento a su apoyo a las personas y municipios damnificados», ha comentado Mazón por medio de las redes sociales.
OBSEQUIOS PARA LA FAMILIA REAL EN FITUR
En total se han entregado cuatro abanicos, uno para cada miembro de la Familia Real. El Rey Felipe VI ha recibido un abanico de caballero, semipericón, elaborado artesanalmente con varillaje madera de danta y tejido de algodón de primera calidad. Se trata de un abanico de uso, elaborado por Abanicos Muñoz.
A la Reina Letizia se le ha regalado un abanico tipo baraja con diseño clásico, elaborado en madera de ébano de 21 centímetros. Pulido manualmente por las dos caras, calada, adornada, maqueada y pintada a mano con cinta de algodón de primera calidad, repasado con clavillo brillante y anilla. El abanico es una elaboración de Abanicos Burriel. Se presenta abierto con abaniquera, para facilitar su entrega y exposición.
En cuanto a los obsequios destinados a la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, se han regalado dos abanicos de diseño juvenil, con varillaje de madera de peral, pulido, calado y repasado a mano. Se trata de abanicos de uso, con un diseño propio, pintado a mano por Abanicos Muñoz.
DAÑOS PRODUCIDOS POR LA DANA
Los 14 talleres de abanico artesanal de Aldaia, donde se ubica la mitad de las empresas del sector y venden a toda España y el resto del mundo, han resultado dañados total o parcialmente por el temporal, que también ha afectado gravemente al museo del ‘palmito’ de esta localidad, que atesoraba ejemplares de los siglos XVIII y XIX de gran valor, algunos de ellos ya irrecuperables.
Siete talleres, algunos de ellos instalados en las plantas bajas de casas familiares próximas al barranco La Saleta de Aldaia, quedaron totalmente arrasados por la inundación y otros siete sufrieron daños parciales, según ha relatado a EFE el secretario técnico del Gremio de Abaniqueros de Valencia, Jesús Muñoz, que agrupa un total de 28 empresas.
El gremio afirma que el impacto de los daños es «incalculable» tanto a nivel histórico como «material, sentimental y mental» dado que la mayoría de las industrias artesanas está situada en el casco urbano histórico de Aldaia, devastado por el desbordamiento del barranco el 29 de octubre.
Las empresas que no han registrado daños en sus instalaciones también se ven directamente afectadas y paralizadas por la destrucción de sus empresas colaboradoras, ya que se trata de un gremio muy pequeño y tan especializado que dependen unas de otras en la mayoría de fases de los trabajos de producción.
«En definitiva, prácticamente la totalidad de los artesanos individuales y empresas que formamos este Gremio van a pasar serias dificultades durante una larga temporada», según esta asociación.
EVALUACIÓN DE DAÑOS Y RECAUDACIÓN DE FONDOS
Aldaia concentra el 70% de la producción de los talleres artesanales de España y de la Comunitat Valenciana -el resto está en Godella o Alaquàs-, con artesanos abaniqueros que hacen trabajos únicos en Europa bajo la marca ‘Abanico Español Artesano’ para diferenciarse de los importados, que no son artesanales, y el último artesano del nácar de abanicos está instalado en esta población de l’Horta Sud.
En la fabricación de un abanico intervienen entre cuatro y siete artesanos de oficios diferentes para los procesos de lacado y pulido del varillaje; el calado (marquetería), adornado o grabado; el plisado, entelado y puntilla del ‘país’ o tela; y la pintura en fases.
Por riesgo de continuidad de los oficios por la falta de formación reglada, la fabricación de abanicos artesanos tenía, ya antes del paso de la riada, una situación precaria, con artesanos cerca de la jubilación y que, con las inundaciones, tienen que empezar de cero.
También se ha puesto en marcha iniciativas solidarias para recaudar fondos con ingreso directo a la cuenta del Gremio de Maestro Abaniqueros para «preservar un oficio artesanal único, apoyar a familias en necesidad, contribuir al mantenimiento de comunidades locales y del producto de calidad y sostenible».