El Ayuntamiento de Valencia ha activado el protocolo anticontaminación debido al aumento de partículas PM10 en el aire, alcanzando niveles preocupantes en diversas estaciones de medición.
Este fenómeno, influido por la llegada de polvo sahariano y restos de la DANA, ha elevado las concentraciones de estas partículas, especialmente en áreas como Olivereta, Patraix, Avenida de Francia, Doctor Lluch y Cabanyal, donde se superan los 50 µg/m³, afectando la calidad del aire.
El problema se ha visto agravado por factores como el incremento del tráfico, debido a la interrupción de servicios de transporte público en áreas metropolitanas, y la dispersión de polvo procedente de zonas afectadas por los lodos y fangos dejados por la DANA. En accesos clave a la ciudad, como la Pista de Silla, los niveles de contaminación han alcanzado picos «extremadamente desfavorables», superando los 150 µg/m³.
⚠️Las estaciones de medición de contaminación atmosférica de #Olivereta, #Patraix, #AvFrancia, #DrLluch, #Cabanyal y #Centro registraron ayer promedio de PM10 superior a 50 µg/m³ por intrusiones saharianas, altas presiones y efectos de la #DANA
Protocolo episodio tipo1⃣
Consejos: pic.twitter.com/xF32D5tlqP— Ajuntament València (@AjuntamentVLC) December 2, 2024
QUÉ SUPONE LA ACTIVACIÓN DEL PROTOCOLO 1 DE ANTICONTAMINACIÓN
La activación del plan no conlleva restricciones obligatorias. Sin embargo, el consistorio sí ha emitido recomendaciones para mitigar el impacto. Entre ellas, se insta a la población a utilizar transporte público, compartir vehículos y reducir la velocidad de conducción.
Además, se sugiere limitar el uso de la calefacción a un máximo de 21 grados; evitar actividades físicas intensas al aire libre y no realizar quema de rastrojos, matorrales o pastos por producir riesgos de incendios y emitir CO2.
En paralelo, se ha desplegado una campaña informativa en paneles de acceso a la ciudad y en redes sociales para concienciar a la ciudadanía. Estas medidas buscan reducir la contaminación y proteger la salud pública, mientras se monitorizan continuamente los niveles de calidad del aire.
Valencia, como otras regiones mediterráneas, enfrenta desafíos crecientes debido a fenómenos climáticos extremos y su interacción con factores urbanos. La situación subraya la necesidad de estrategias sostenibles y resilientes ante los impactos del cambio climático.