Un total de 35 carreteras, en su mayoría de la red secundaria, siguen afectadas este viernes como consecuencia de las inundaciones causadas por la DANA. Entre ellas, las autovías A-3 y A-7, fundamentales para la movilidad en la Comunitat Valenciana, permanecen cortadas en tramos estratégicos, lo que ha llevado a la DGT a recomendar evitar desplazamientos por estas vías.
Las interrupciones más críticas se producen en la provincia de Valencia, con el corte de la A-3 en sentido salida a la altura de Venta de Poio, y la A-7 entre Quart de Poblet y Torrent. Además, se encuentran intransitables la N-322 en El Pontón, la CV-50 entre Chiva y Cheste, y otras 22 carreteras secundarias en municipios como Buñol, Riba-roja, Picanya y Aldaia. En Castellón, la CV-131 sigue cortada en ambos sentidos a la altura de Mas d’en Ramona.
A pesar de las dificultades, la Conselleria de Medio Ambiente ha logrado reabrir el enlace de la CV-36 con el by-pass, un hito importante para la conectividad de la comarca industrial de Torrent, que comprende el polígono Mas del Jutge y varias urbanizaciones. Esta medida provisional no solo recupera el tráfico, sino que también mejora el acceso a una de las áreas industriales más relevantes de Valencia.
Según fuentes de la Generalitat, esta actuación se enmarca en un plan de recuperación de infraestructuras afectadas, con una inversión que ya supera los 100 millones de euros. La reapertura de esta semana incluye la CV-390 en la comarca de Los Serranos, tras reparaciones en dos puntos críticos con grandes socavones, y se espera que en los próximos días se recupere otro tramo de la CV-36, además de la CV-42 y la CV-50.
A-7: conexión estratégica recuperada
Uno de los hitos más significativos ha sido la reapertura provisional de la A-7 al sur de la A-3, tras el colapso del puente sobre el Barranco del Gallego en Quart de Poblet. Este tramo, vital para la movilidad en el área metropolitana de Valencia, ha sido restituido en tiempo récord, gracias a un esfuerzo continuo de la Dirección General de Carreteras y a una inversión de emergencia de 12,6 millones de euros.
El desvío provisional, de 550 metros de longitud, permite circular a 60 km/h y ha sido construido con materiales resistentes para evitar nuevas afectaciones. Este tramo, por el que circulan diariamente 100.000 vehículos, restituye la funcionalidad del bypass de Valencia, que circunvala la ciudad y conecta las principales autovías.