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En un encuentro especial en el programa Ágora, varios alcaldes de los municipios ribereños de la Albufera discutieron el futuro del parque natural y las implicaciones del reciente acuerdo para solicitar su reconocimiento como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Los participantes coincidieron en que esta declaración no solo impulsará la preservación del medio ambiente, sino que también será una oportunidad para integrar sostenibilidad y desarrollo económico.

En septiembre, 13 alcaldes y alcaldesas firmaron un acuerdo para iniciar los trámites que llevarán a la Albufera a ser declarada Reserva de la Biosfera. Este paso histórico tiene como objetivo preservar los valores ambientales del parque, además de garantizar la continuidad de los usos tradicionales como la agricultura y la pesca. El alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, valoró este paso como crucial para involucrar a todos los actores que interactúan con la Albufera, subrayando la importancia de la unión entre instituciones y colectivos locales como los agricultores, pescadores y cazadores.

El alcalde de Sedaví, José Francisco Cabanes, destacó que este acuerdo se venía trabajando desde anteriores legislaturas y que su éxito se debe al respaldo de la sociedad civil. “La ciudadanía, asociaciones y agricultores están completamente implicados en la conservación de este valioso ecosistema. Es más fácil trabajar en este tipo de proyectos cuando la gente está involucrada desde el principio”, afirmó Cabanes.

Una tertulia poniendo en valor el patrimonio natural de la Albufera

José Miguel Ferris, alcalde de Albal, resaltó la importancia de la sostenibilidad, señalando que el turismo y el medio ambiente pueden coexistir. Ferris explicó que la Albufera es una joya que, bien gestionada, puede atraer turismo sin comprometer su conservación. Sin embargo, subrayó la necesidad de que los habitantes locales conozcan y valoren este recurso natural, además de fomentar una mejor integración entre las áreas urbanas y el parque.

El papel de la agricultura fue un tema central durante el debate. Los arrozales, esenciales para la Albufera, funcionan como filtros naturales y son clave para la conservación del ecosistema. Lorena Silvent, alcaldesa de Catarroja, recalcó que la agricultura sigue siendo fundamental para el parque y que el reto es equilibrar la producción agrícola con la sostenibilidad.

Uno de los temas más polémicos fue el manejo de la paja del arroz, que tradicionalmente se quema tras la cosecha, pero que genera problemas de contaminación. Los alcaldes coincidieron en la necesidad de encontrar un equilibrio entre las prácticas agrícolas tradicionales y las normativas ambientales.

Iniciativas de futuro

El proyecto de la Reserva de la Biosfera incluye también la mejora de las infraestructuras y la creación de rutas para promover el turismo sostenible, como carriles bici y senderos peatonales. El alcalde de Alfafar indicó que el objetivo es conectar mejor las áreas urbanas con la naturaleza para que los vecinos puedan disfrutar del parque.

En cuanto a los proyectos educativos, Ferris señaló la importancia de enseñar a las generaciones más jóvenes sobre la riqueza ambiental de la Albufera, para que crezcan con una mayor conciencia medioambiental.

Durante la tertulia, los alcaldes hicieron hincapié en que el acuerdo por la Albufera trasciende el color político. El consenso entre los alcaldes para impulsar la declaración de la Albufera como Reserva de la Biosfera es un claro ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones y ciudadanos puede marcar la diferencia en la conservación de un ecosistema único.

Este acuerdo representa una oportunidad para asegurar que la sostenibilidad y el desarrollo económico van de la mano, garantizando un futuro próspero para la Albufera y sus comunidades.

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Atardecer desde la Albufera