El futbolista Pepelu García, uno de los capitanes del Valencia, ha dejado claro que el vestuario no entiende la actitud de Rafa Mir, que tras una noche de fiesta acabó en libertad provisional acusado de agresión sexual. El jugador internacional del Valencia, recién llegado de su primera convocatoria a pesar de que no ha debutado, se ha expresado con rotundidad con lo sucedido.

Pepelu ha ejercido de capitán y se ha referido al caso sobre Rafa Mir y todo lo que ha ocurrido la última semana. El centrocampista afirma que “Rafa nos dio sus explicaciones. Nos contó que cree en su inocencia, pero hay un proceso judicial y a eso hay que ceñirse”.

Además, exige más profesionalidad y dice que “cada uno es mayor y sabe la responsabilidad que tiene jugar en el Valencia. No estamos para este tipo de cosa y el mister se lo ha dejado claro. Él es consciente de que ha hecho las cosas muy mal”.

Pepelu señala que el vestuario está tocado porque “afecta todo, aunque solo esté él involucrado. Como grupo nos tenemos que centrar en el día a día y mirar al frente”, pero confía en que “la fuerza del grupo nos tiene que hacer seguir hacia delante”.

El de Denia, que llegó el lunes tras estar concentrado toda la semana anterior con la selección española, añade que “todo el mundo es consciente de que esas situaciones no pueden ocurrir porque es la imagen del club y eso son faltas de respeto al club y a la afición”. Por último cree que Mir “tendría que haber aprendido de esta situación y espero que no vuelva a ocurrir nunca más”.

NOVEDADES CASO RAFA MIR

Según Las Provincias, ha salido a la luz el atestado completo del caso de Rafa Mir. En él se incluyen los testimonios de los acusados, de las presuntas víctimas y también del vecino que vio a las chicas en la calle tras haber estado en la casa del futbolista.

Las dos jóvenes relataban los presuntos hechos que habían sufrido y coincidían en sus relatos. Una de ellas desveló lo que habría sufrido por parte del delantero del Valencia. “Rafa me cogió fuertemente del brazo y me hizo moratones. Me metió en el baño y, mientras me cogía de la cara, me dijo: ‘ven, ven aquí, bésame…’ Cerró la puerta con pestillo, me sentó encima del lavabo y me introdujo de nuevo los dedos en la vagina sin quitarme la falda».

Relata que consiguió salir de ahí y gracias al vecino llamar a la Policía. «Empujé a Rafa y conseguí zafarme de él, abrir la puerta y salir del baño. Le conté a la agente femenina que Rafa me había metido los dedos por la fuerza. Me pareció que los agentes varones no creían lo que les contábamos, y se reían entre ellos».