El Gobierno ha presentado esta semana su sistema de verificación de la mayoría de edad en el acceso a contenidos para adultos en páginas web. La herramienta escogida para regular la entrada a plataformas, ha sido una especie de carnet digital, válido durante 30 días y 30 sesiones que obligará a identificarse con el DNI.
El objetivo del nuevo plan presentado por el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, es impedir que los menores de 18 años puedan entrar a tipo de contenidos para adultos. Sin embargo, el método escogido por el Gobierno -un carnet- adolece, según los expertos, de un planteamiento tan básico que hará el sistema totalmente inefectivo.
El Gobierno quiere presentar a mediados de julio la aplicación para que pueda estar disponible a finales de verano. No obstante, en principio el funcionamiento de la verificación de edad acordada está prevista sólo para residentes que se encuentren dentro del territorio español. Además, al estar el proyecto en una fase beta, sólo se obligará a asumir esta regulación a las plataformas de intercambios de contenidos radicadas en España y que voluntariamente quieran hacerlo.
Un sistema inefectivo
Juan Carlos Galindo, perito judicial, percibe la medida como «un insulto a la inteligencia’’. Argumenta que la idea de que «toda persona de 18 años se registre en una plataforma del ministerio de Transformación Digital y utilice un carnet para poder ver porno es absurda y ofensiva».
El proyecto es una prueba beta, que en un futuro se quiere implantar de cara a otras plataformas digitales como las redes sociales. Galindo duda de la viabilidad a largo plazo de la propuesta gubernamental, afirmando que «todo apunta a que tiene un corto recorrido esta propuesta». »Es imposible, no puede haber paso 2 si no hay paso 1″, asegura.
De esta manera, sugiere que la iniciativa está destinada a fracasar si no se abordan primero los problemas fundamentales. Asimismo, podría aumentar el uso de VPN (Red privada virtual), una alternativa que se había abandonado en los últimos años y que, según señala el experto, se volvería habitual. »Lo que provocará es que todo el mundo compre un VPN, se van a conectar a páginas web que no van a estar captadas por uno».
Peligros del carnet digital
Una de las mayores preocupaciones de Galindo es que «las páginas de servicio pornográfico se tienen que adherir a esta identificación para que los menores no puedan acceder», lo cual asegura «atenta contra la libertad personal». En su opinión, obligar a las plataformas a implementar este tipo de identificación es una restricción excesiva y una invasión innecesaria de la privacidad.
Además, el perito judicial advierte que tales medidas podrían «empujar al mercado negro y puede resultar en que los chavales vayan a lo prohibido, es decir, a la Deep web«. En este sentido, resalta que la medida podría tener el efecto contrario al deseado incentivando a los jóvenes a buscar acceso a contenidos prohibidos por otros medios.
Galindo describe al carnet digital como un intento de «control del consumo pornográfico a toda la ciudadanía». »Este proyecto parece más un esfuerzo por monitorear y controlar el comportamiento de los adultos que una iniciativa para proteger a los menores», asegura.
Solución clave
Finalmente, defiende que la solución clave para abordar el acceso de los menores a contenido pornográfico está en la educación. Afirma con seguridad que «sabemos cómo hacerlo, es decir, educación, prevención y por supuesto persecución».
Para él, la responsabilidad principal recae en los padres, quienes deben educar a sus hijos sobre lo que deben y no deben hacer hasta que alcancen la mayoría de edad. Considera esencial que esta educación digital se inicie desde temprana edad y que se complementen con «campañas de publicidad en los colegios».
Respuesta desde el Ministerio
Ante la polémica surgida por estas credenciales, el ministro Escrivá ha respondido por X (antiguo Twitter) con un hilo explicando los pormenores de la medida. Así asegura que pese a similar una herramienta muy sencilla, «por dentro es técnicamente compleja«. Además, matiza que «la Administración no sabe qué uso hace el usuario de su credencial, ni la web pornográfica sabe quién es la persona que está accediendo. Aunque la Administración emite las credenciales, no almacenará ni quién las pide ni cuántas pide».
Ante el número de accesos, 30, el ministro asegura que se ha entendido mal. Se trata de un número establecido para asegurar «la intrazabilidad». Así, si alguien las gastase en menos de 30 días podría renovarlas. Un sistema que evitará las filtraciones de datos, según afirman técnicos del ministerio.
En cuanto a su aplicación solo en España, Escrivá asegura que desde Europa estos sistemas estarán implementados de manera obligatoria en 2027 y que de esta manera el país se anticipa: «tenemos más tiempo para elaborar una herramienta óptima y empezamos antes a poner coto a un problema social».
Finalmente desde el Ministerio se está trabajando en otras medidas complementarias. «Esta no es la única medida para proteger a los menores de contenidos inapropiados. Estamos desarrollando una Estrategia Nacional que incluye, entre otras cosas, preinstalación sistemas de control parental en dispositivos digitales y medidas en el ámbito educativo», aseguró en X el ministro.