Miquel Álvarez, el profesor valenciano que fue víctima de una agresión homófoba en un instituto de Bétera, ha denunciado que un error judicial ha hecho prescribir su caso siendo archivado sin repercusión para los alumnos que le atacaron.
Los hechos se remontan a febrero de 2022 cuando Álvarez se encontraba vigilando el recreo del Instituto Les Alfàbegues de Bétera. Unos alumnos se agruparon con banderas nacionales pues en la jornada previa dos jóvenes habían exhibido una bandera LGTBI.
Al igual que en la jornada anterior, el profesor solicitó diluir la movilización y fue entonces cuando alrededor de 150-200 jóvenes encararon al docente. El grupo lanzó bocadillos a Miquel, quien además fue estirado del pelo y recibió insultos homófobos sobre su condición sexual.
Como consecuencia de la agresión, alrededor de una decena de alumnos fueron expulsados. A su vez, el agredido interpuso una denuncia en los juzgados de Castellón, su ciudad natal. Sin embargo, en lugar de remitirse al juzgado de Llíria, el correspondiente por la zona de la agresión, Miquel explica que «se quedó en una caja cerrada» por un «error humano».
«Pregunté cuánto tiempo tenía que esperar para obtener una respuesta y me dijeron que entre seis meses y un año. Al año, al ver que no me habían contestado, fui al juzgado de Castellón y fue cuando descubrí que la denuncia ni siquiera había salido del juzgado. Se reactivó el caso pero como los delitos de odio en menores prescriben al año, cuando el caso llegó a Fiscalía de Menores ya había prescrito», explicaba el propio Miquel en una entrevista a Informativos ESAP.
«Me siento abandonado por la Conselleria de Justicia y los juzgados»
El profesor de Física o Química ha asegurado sentirse totalmente «abandonado» e «indefenso». Considera que hay una entidad que debería velar por la protección de la ciudadanía y que en su caso no ha sido así.
Al margen de su situación personal como agredido, Miquel considera que este error judicial también perjudicará a los alumnos. «Estas personas no han aprendido absolutamente nada y los profesores a veces trabajamos en una situación que es muy complicada», señala. «La justicia no les ha investigado y nadie ha ido a sus casas a preguntarles qué pasó. El problema es que cuando sean mayores de edad, serán posibles agresores».
De hecho, el docente de Bétera reseña que su denuncia también tenía un fin didáctico. «La única finalidad que tenía la denuncia era que aprendieran que lo que habían hecho, no podían hacerlo. La adolescencia es el momento en el que debes aprender y eso fue una situación muy complicada y dura para mí».
«Estoy denunciando públicamente mi caso porque me siento abandonado por la Conselleria de Justicia y los juzgados. Socialmente lo que quiero decir es que me gustaría que se depuraran responsabilidades sobre el error que se ha cometido y que intenten solucionarlo», ha comunicado.
Finalmente, Miquel Álvarez se ha dirigido a los alumnos que le agredieron: «si me están viendo, que sepan que lucharé para que no hagan a otras personas lo que me hicieron a mí».