(EFE).- El Forn de la Beata Inés, un negocio familiar situado en Mareny de Sant Llorenç, una pedanía de la localidad valenciana de Cullera, se ha hecho famoso y viral por vender desde hace unos doce años cruasanes que pesan casi cuatro kilos.
Moisés, el gerente del horno, ha contado a EFE que, a pesar del volumen del cruasán ellos priman la calidad de los productos que hacen y que su lema se basa en que los clientes «vuelvan». Cuenta que él es la quinta generación de panaderos de la familia y que la idea de hacer un cruasán tan grande surgió casi por casualidad.