Hacer pan es complicado y sacrificado, implica compromiso y unas jornadas maratonianas que cada vez menos personas están dispuestas a asumir. Como consecuencia, las nuevas generaciones buscan otro tipo de empleo con horarios más asumibles muy distanciados a los que viven las panaderías y pastelerías. Sin embargo, la decadencia de esta práctica profesional pone en peligro la existencia de unos negocios que podrían desaparecer.
Lo mismo que sucede en panaderías y pastelerías se extiende a carnicerías y otros negocios del sector. Desde el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia y el Gremio de Carniceros-Charcuteros de Valencia y Provincia (GRECARVAL), ambas entidades asociadas a FEDACOVA, han advertido de la falta de relevo generacional para desempeñar los oficios tradicionales de sus sectores.
Además, ambas asociaciones también lamentan la falta de personal cualificado para trabajar en los negocios y asegurar la sucesión. Según apuntan «la falta de relevo generacional en este tipo de oficios artesanos conlleva la desaparición de negocios, pero también de conocimientos y tradiciones».
TRABAJO PARA ENCONTRAR SOLUCIONES
Para el presidente de GRECARVAL, José Rodrigo, la pérdida de estos oficios «sería comparable a la desaparición de una biblioteca. Se pierden enseñanzas que se aprenden con los años y que se trasladan en el día a día en el obrador».
Por su parte, Juan José Raussell, presidente del Gremio de Panaderos, ha señalado que estos oficios son, además, «un segmento de oportunidad para el posicionamiento turístico que contribuye a la sostenibilidad y al desarrollo territorial».
Ambas entidades han reclamado a través de FEDACOVA una formación cualificada que atraiga a la juventud hacia estas profesiones y que posibilite que los jóvenes se formen con un maestro artesano y se conviertan en futuros trabajadores del sector. Desde la Dirección General de Formación Profesional se ha transmitido que son «conscientes de esta necesidad de los dos sectores y van a trabajar para encontrar soluciones«.
