El uso del teléfono móvil en las aulas se ha convertido en un conflicto constante entre alumnos, profesores y padres. Cada vez son más las personas que claman por la prohibición total de la tenencia de estos dispositivos en los colegios y algunas autonomías ya han dado el paso a su regulación.
Según los expertos, la utilización del móviles en los más pequeños conlleva la posibilidad de sufrir alteraciones a nivel de atención, distracciones o adicciones cuando la necesidad por la tecnología por parte del niño es constante.
Actualmente un centenar de entidades han solicitado un pacto de Estado que proteja a los menores de edad tanto en las redes sociales como en Internet. Además, también han pedido que se promueva una regulación entre las autonomías con el objetivo de «limitar el uso de los móviles en los centros educativos y adecuar el uso de los dispositivos tecnológicos en el aula».
La limitación se establecería según criterios científicos, quienes abogan por fijar un máximo de dos horas diarias de uso de tecnología entre los menores incluyendo el tiempo de formación y el de diversión.
A día de hoy, en la Comunitat Valenciana existe un decreto marco que desde 2022 deja la regulación de los dispositivos móviles en manos de cada centro educativo. Sin embargo, son muchos los que tienen prohibido que los alumnos los saquen de las mochilas en horario escolar.
La alternativa española al teléfono móvil para niños
Los movimientos y grupos promovidos por padres y madres para retrasar la entrega del primer móvil se están extendiendo. De Barcelona han pasado a otras muchas ciudades, entre ellas Valencia, para evitar que los niños tengan acceso a los smartphones antes de los 16 años.
El clamor de estos grupos se topa con la opinión de algunos expertos que abogan por no prohibir sino por acompañar. Actualmente, el paso del colegio al instituto, es decir, los 12 años, suele ser el momento elegido para entregar el móvil a los niños. Muchos de ellos cambian de centro escolar, salen solos de casa, no tienen clase por la tarde y las reducciones de jornada por cuidado de un menor acaban para los progenitores.
«Cuando sus hijos cumplen los 12 años, muchas familias se encuentran con una situación completamente nueva porque sus pequeños van y vienen solos al instituto o a las extraescolares y tienen que utilizar sus propias llaves de casa», explica Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily, empresa de relojes inteligentes con geolocalización.
Los relojes inteligentes cuentan con un geolocalizador que muestra la ubicación real del niño, un botón SOS que se activa tras pulsarlo durante cinco segundos y un modo antibullying que permite al adulto que tiene instalada la app a la que está vinculada el reloj escuchar lo que ocurre alrededor del pequeño. «Es un paso previo al teléfono móvil, con las ventajas de este pero controlado por los padres».