Las puertas de la prisión se abrirán este sábado para dar libertad al mayor asesino en serie de Castellón: Joaquín Ferrándiz. Tras 25 años entre las rejas del centro penitenciario de Ciudad Real, se le reconoce el derecho a rehacer su vida tras imponerse una sentencia de 69 años de cárcel por la gravedad de sus actos.
Estos años, Ferrándiz ha disfrutado de varios permisos penitenciarios y por ello, el proceso de excarcelación ha ido progresando. No obstante, hasta julio de 2028 el recluso tendrá prohibida la entrada a las tres localidades castellonenses donde cometió los crímenes: Benicàssim, Onda y Castellón de la Plana.
A Joaquín Ferrándiz, que actualmente tiene 60 años, se le condenó en mayo de 1990 a 14 años de cárcel por una violación. Sin embargo, el 4 de abril de 1995 obtuvo la libertad condicional y entre julio de ese mismo año y 1996, Ferrándiz asesinó a 5 mujeres en Castellón.
Unos crímenes que marcaron a la provincia de Castellón
Los nombres propios de esta historia son Sonia Rubio Arrufat, Natalia Archelós Olaria, Francisca Salas León, Mercedes Vélez Ayala y Amelia Sandra García Costa, cinco chicas que de un día para otro perdieron sus vidas a manos de Joaquín Ferrándiz.
Las alarmas saltaban con el hallazgo del cuerpo de Sonia Rubio en julio de 1995, un asesinato que supuso el inicio de una de las manchas negras más grandes de la provincia de Castellón. El cadáver que apareció abandonado entre las localidades de Benicàssim y Oropesa.
Encontrada de una forma muy similar fue Sonia, el cuerpo se localizó sin vida en una balsa de Onda. Ferrándiz, detenido por estos dos crímenes, reconoció haber hecho lo mismo con Natalia, Mercedes y Francisca, cuyos cuerpos descompuestos fueron encontrados en Vila-real, concretamente en la zona de Vora Riu.
El modus operandi que usó con todas sus víctimas fue el mismo. Ferrándiz acechaba a mujeres en las discotecas de Castellón para llevarlas a su coche y finalmente acabar asesinándolas.
Además, los asesinatos podrían haber ido a más como es el caso de Lidia M. y Silvia B., mujeres que, por fortuna, conservan sus vidas tras un intento de asesinato de Ferrándiz. Además, sus testimonios fueron de gran ayuda para conocer los actos que realizaba el asesino en serie.
Castellón no olvidará jamás una de las historias más trágicas de la provincia y que, a un día de que Joaquín Ferrándiz salga de la cárcel, no dejarán que las vidas de Sonia, Natalia, Francisca, Mercedes, y Amelia, caigan en el olvido.