Agentes de la Policía Nacional salvan la vida a un niño de cuatro años de Sagunt que se había atragantado. Su madre avisó al 091 de lo que estaba pasando, muy alterada asistencia sanitaria urgente en su vivienda, aseguraba que su hijo llevaba varios minutos sin respirar.
Al llegar a la vivienda, los agentes se encontraron la puerta de la casa totalmente abierta. Adentrándose en su interior accedieron al salón de la misma, lugar donde encontraron a un grupo de personas realizando al menor la reanimación cardiopulmonar. El niño se encontraba decúbito supino sobre el sofá, totalmente inconsciente. Estaba sin respiración y cianótico mostrando un pulso débil, manifestando las personas allí presentes a los agentes que el menor llevaba 10 minutos sin poder respirar.
Ante tales hechos uno de los agentes comprobó las vías respiratorias del menor pero no pudo apreciar ningún objeto que obstruyera las mismas, comenzando en ese momento a realizar la maniobra de Heimlich pediátrica. Como respuesta a dicha maniobra el menor comenzó a reaccionar pudiendo observar un leve gemido similar a un llanto para finalizar con un llanto natural potente.
Sin embargo, posteriormente el menor sufrió un espasmo en su brazo, perdiendo el foco visual con el entorno y quedando sus ojos totalmente en blanco. Quedó en estado semi-insconciente por lo que fue necesaria nuevamente la actuación del agente que observó la lengua del menor retrotraída. El agente procedió a colocarlo en posición lateral de seguridad después de realizar la maniobra frente-mentón y desobstruir las vías respiratorias, quedando el menor estable. En el domicilio se personó un indicativo sanitario que trasladó a un hospital de la zona al menor para ser evaluado.