La manzana esperiega, o también llamada «manzana congelada», está de moda estos meses más frescos. La cultivan en el Rincón de Ademuz y desde hace ya diez años tiene su propia fiesta. Se trata de una de las frutas más consumidas en esta época del año.
El lugar idóneo para cultivarla es el Rincón de Ademuz por su altitud, supera los 1.000 metros sobre el nivel del mar. La encontramos en la vega de los ríos Túria y Bohílgues, junto a cultivos de almendros que alcanzan hasta las 100 hectáreas.
Un fruto peculiar por la gran cantidad de azúcar que tiene y que la cristaliza por dentro. Los agricultores de la zona subrayan que es un cultivo ecológico y más resistente a las plagas comparado con otras especies. Se trata de una manzana con una capacidad de conservación muy buena y que no requiere de cámaras para hacerlo.
Esta fruta de invierno le da un toque especial a los platos y postres de la comarca, la encontramos en la manzana asada, los pasteles o las ensaladas. Son muy valoradas por su aroma, tacto, color y sabor.