La Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia ha abierto sus puertas este miércoles a las 7 de la mañana para iniciar el solemne Besamanos a la Mare de Déu. Este acto se ha organizado en estas fechas, de forma excepcional. Así pues, finalizará tras el paso del último devoto. Sin embargo, todo se está desarrollando cumpliendo el protocolo frente a la pandemia que marca la Conselleria de Sanidad.
Por tanto, se trata de un Besamanos extraordinario organizado para que todos los devotos puedan presentar sus súplicas a la Mare de Déu. Sobre todo en este tiempo que vivimos tan difícil de la pandemia. Donde nos acordamos de todos los enfermos y fallecidos por el Covid-19. Así lo ha indicado el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar.
Pero, el principal obstáculo de este Besamanos no han sido las medidas contra la Covid-19. Sino todo lo contrario, ha sido el agua. La amenaza de lluvia ha sido desde primera hora de la mañana la nota dominante en este acto. El Besamanos ha empezado con escasa afluencia de público y un gran dispositivo de voluntarios y policías locales en la Plaza de la Virgen.
Hasta que pase el último de los fieles, las puertas del templo mariano permanecerán abiertas como marca la tradición. Desde la Basílica de la Virgen hasta el extremo oeste de la plaza se ha dispuesto un recorrido serpenteante de vallas para facilitar las colas que se produzcan a lo largo de la jornada.
MEDIDAS EXCEPCIONALES EN EL BESAMANOS
Este año debido a las restricciones por la pandemia sanitaria no se ha podido tocar la imagen de la Mare de Deu. Por ello, los asistentes a este acto han realizado una reverencia dentro del templo. Mientras los voluntarios vigilan que todo se desarrolle sin ningún incidente.
La primera persona de la cola ha llegado a las 4:45. Mientras que los siguientes han hecho acto de presencia a las 5:55. Para cumplir con el protocolo Covid-19, los fieles deberán llevar mascarilla. También deberán guardar distancia de seguridad. Además, se tomará la temperatura antes del pase reverencial ante la imagen que no se podrá besar.
Finalmente, todos los feligreses comparten una «alegría inmensa» al poder estar frente a la Mare de Déu y la petición de salud y del fin de la pandemia.