La creación de la figura de la Fallera Mayor nace de la confluencia de dos fenómenos. Por un lado, en la elección y Exaltación de la Regina de los Juegos Florales que celebra la institución valencianista Lo Rat Penat desde el año 1879. Y por otro lado la elección de los concursos de misses en España a partir de 1929.
En los años sucesivos de 1929 y 1930, fueron elegidas respectivamente Señorita España, las valencianas Pepita Samper y Elena Pla. El éxito de la belleza de las valencianas, animó al Comité Central Fallero para crear la figura de la Reina de las Fallas para el siguiente ejercicio, 1931.
Cada comisión fallera presentó una candidata a un concurso celebrado en julio. En este acto desfilaban con traje de noche por una pasarela en Viveros. Un jurado tenía que valorar la cantidad de apoyos, aplausos y vítores de cada candidata, y hacer una preselección. La Reina de las Fallas 1931 fue Ángeles Algarra, representante de la Plaza del Negrito.
Por cuestiones de nomenclatura con respecto a la creación de la II República, se le cambió el nombre al cargo. Pasando a llamarse Belleza Fallera en 1932, y definitivamente en 1933 se impuso el termino de la Fallera Mayor.
De esta manera, la mujer entró definitivamente en las comisiones falleras, en una etapa democrática donde hubo incluso las primeras comisiones exclusivamente femeninas, otras mixtas, y mujeres presidentes.