El mundo fallero continua mostrando su descontento con la Conselleria de Sanitat. El principal detonante ha sido la escasa flexibilización con las restricciones impuestas a los casales.
Los casales falleros continúan sometidos a unas medidas que están fuera de lugar si se comparan con otros colectivos. No se les ha equiparado a entidades culturales ni se rigen por normativa hostelera ni están dentro de las reuniones familiares. Tampoco se ha dado ninguna explicación razonable por parte de Sanidad.
El malestar es unánime entre los colectivos falleros. A día de hoy, prácticamente no se ha avanzado en la desescalada de los casales falleros –compromiso que adquirió la Conselleria–, que continúan con limitación horaria de apertura y con la prohibición de, incluso, beber agua en su interior.
AYUNTAMIENTO INDIGNADO CON SUS ‘SOCIOS’
El gobierno de la ciudad de Valencia se indigna con el trato de la Generalitat al universo fallero. El alcalde Joan Ribó pide justicia a través de una demanda formal solicitando que se trate del mismo modo a las Fallas que a los demás. «No tiene sentido que una junta directiva se reúna en un bar porque en este establecimiento está permitido y en un casal no», añade Ribó.
Además, el primer edil denuncia que se discrimina al mundo fallero respecto a los demás. «Necesitamos urgentemente normas para saber como debemos hacer las Fallas de septiembre. Por ello, pedimos a la Conselleria que se pronuncie y que diga como quiere las cartas», recalca Joan Ribó, que anunciaba al instante que priorizará los permisos de actividad falleras a través de una moción de alcaldía.
Por su parte, el presidente de Junta Central Fallera, Carlos Galiana, pide coherencia. «Las Fallas no se hacen de un día para otro, sino que comportan un trabajo conjunto de todas las partes», manifiesta el edil de cultura festiva.
EL MUNDO FALLERO PIDE SOLUCIONES
El colectivo fallero, formado por más de 250.000 personas, ha demostrado durante este año de pandemia su responsabilidad ante las circunstancias y también su colaboración con las autoridades sanitarias, así como disposición y empatía. Por todo esto, el mundo fallero exige respeto y un trato igualitario con el resto de actividades económicas.
El presidente de la Interagrupación de Fallas, Guillermo Serrano, pide que se llegue a un acuerdo porque esta situación no beneficia a nadie. «Queremos trabajar para preparar las Fallas tranquilos, ya que en su día nos comprometimos a celebrarlas», afirma Serrano. El mundo fallero solo reclama que se les facilite ayudas para llevar a cabo las fiestas Josefinas en septiembre.