Ximo Puig

El mundo fallero muestra su descontento con la Conselleria de Sanitat tras la escasa flexibilización con las restricciones impuestas a los casales. Los casales falleros continúan sometidos a unas medidas que están fuera de lugar si se comparan con otros colectivos. No se les ha equiparado a entidades culturales ni se rigen por normativa hostelera ni están dentro de las reuniones familiares. Tampoco se ha dado ninguna explicación razonable por parte de Sanidad.

Por ello, diversos colectivos expresan su malestar por los incumplimientos de los compromisos que se adquirieron por parte de Sanidad en las diversas reuniones mantenidas a lo largo de este tiempo.

DIFERENTES REIVINDICACIONES

En primer lugar, la Junta Central Fallera, de forma consensuada con el mundo fallero, ha entendido que es necesario abandonar la Mesa de Seguimiento de las Fallas con la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública ante la falta de avances en la desescalada promesa por parte de la administración autonómica en cuanto a los casales falleros.

Por otra parte, la Interagrupación de Fallas ha emitido un comunicado en el que anuncia «medidas de protesta» y «cualquier otro tipo de acciones» por parte del colectivo fallero para mostrar el hartazgo de las fallas y los falleros frente a las instituciones y sobre todo frente a la Conselleria de Sanitat.

El malestar es unánime entre los colectivos falleros. A día de hoy, prácticamente no se ha avanzado en la desescalada de los casales falleros –compromiso que adquirió la Conselleria–, que continúan con limitación horaria de apertura y con la prohibición de, incluso, beber agua en su interior.

El colectivo fallero, formado por más de 250.000 personas, ha demostrado durante este año de pandemia su responsabilidad ante las circunstancias y también su colaboración con las autoridades sanitarias, así como disposición y empatía. Por todo esto, el mundo fallero exige respeto y un trato igualitario con el resto de actividades económicas.