Con la primera quincena de mayo casi cerrada, ya se ha podido concluir que el mes de abril cerró con récord histórico en emisiones de dióxido de carbono. Durante el confinamiento Valencia redujo a más de la mitad la contaminación. Un año después, España no solo recupera los valores pre-Covid, sino que duplica los de la época preindustrial. Este hito coincide con la aprobación de la Ley de Cambio Climático que, precisamente, tiene como objetivo reducir el efecto invernadero.
Después de que Valencia redujera más de un 60% el nivel de dióxido de carbono durante el confinamiento, abril ha sido el mes con más emisiones de dióxido de carbono de la historia. El nivel nacional de concentración media diaria de este gas contaminante ha sido de 421,21 partes por millón. Esta cifra supera el doble del nivel recomendado. María, trabajadora del Observatorio del Cambio Climático de Valencia, asegura que los valores recomendables «serían los preindustriales» (228 partes por millón).
El exceso de emisiones de CO2 acelera el efecto invernadero, lo que provoca un mayor calentamiento de la Tierra. Sin embargo, los efectos de esta subida de CO2 no son inmediatos, sino que se perciben a largo plazo. «Todavía estamos notando los efectos de la época preindustrial», explica María.
Ley de Cambio Climático
Este hito coincide con la aprobación en el Congreso de la nueva Ley de Cambio Climático. Es la primera norma específica que aborda la crisis climática. Con ella se persigue reducir el efecto invernadero un 23% antes de 2030. Unos objetivos poco exigentes en comparación con las metas que ha marcado la Unión Europea.
Por esto, la nueva Ley se estrena con muchas críticas por parte de los ecologistas. La nueva norma «se queda corta» y debe centrarse más en «pasar a la acción», según María.
La sociedad se enfrenta a una carrera contra reloj para cambiar el trágico futuro de la Tierra. La nueva Ley española de Cambio Climático es un primer encauzamiento, aunque queda lejos de los objetivos que establece Naciones Unidas para salvar el planeta.