Hasta tres comunidades autónomas han pedido la retirada inmediata de un modelo de mascarilla. Se trata de la FFP2 pero únicamente aquellas fabricadas con grafeno, una composición que puede ocasionar posibles riesgos pulmonares.
Además de venderse en establecimientos, este tipo de mascarilla se ha distribuido entre funcionarios de Madrid, País Vasco, Castilla y León. Por ello, los sindicatos de los centros sanitarios y grupos policiales han pedido su retirada.
El primero en tomar cartas en el asunto ha sido Castilla y León. Allí un hospital de Salamanca ya ha retirado todas estas mascarillas de la marca Shenquean-Iturri por estar fabricadas con nanopartículas de grafeno. También ha pedido su retirada el sindicato vasco de la Ertzaintza. Además, han reclamado la elaboración de un estudio sobre las mascarillas ffp2 y ffp3 y las consecuencias de estas para la salud.
El grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro, con átomos organizados en un patrón regular hexagonal, parecido al grafito. Es un material casi transparente usado por algunos fabricantes asiáticos por sus propiedades al ser muy ligero y resistente. Sin embargo, puede suponer un riesgo de toxicidad pulmonar si se respira a diario.
Las alarmas sanitarias han saltado a raíz de unas investigaciones médicas realizadas en Canadá. Allí se habían distribuido millones de mascarillas hechas con grafeno y se ha pedido a la población cesar su utilización. En concreto son las mascarillas distribuidas por Metallifer en los modelos azul y gris.