El Ministerio de Consumo prepara una nueva normativa que prohíbe mascarillas sin garantías de laboratorios acreditados. La idea es endurecer los requisitos de las mascarillas quirúrgicas. Una vez aprobada la normativa, el Gobierno dará un mes sin que hayan sanciones, pero una vez pasado el tiempo prudencial informativo, serán obligatorias.
Con esta medida, la administración quiere retirar del mercado todos los mascarillas que no demuestren su calidad y composición. Ninguna mascarilla podrá ser vendida sin envoltorio y en el etiquetaje deberá especificar el tipo de producto, tipo de uso, tiempo de utilización, número de lavados máximos y prestaciones en cada momento de la vida útil del producto.
El fabricante tendrá que especificar las condiciones técnicas como la capacidad de filtrado, la permeabilidad, la resistencia a la respiración o si contienen sustancias añadidas.
Las mascarillas para sordomudos, niños o personas con discapacidad también endurecen sus controles. Las que faciliten la lectura labial estarán autorizadas siempre que garanticen una visión nítida de la boca. El fabricante deberá estar probado para que no obstruya la respiración.