Al pequeño Biel le diagnosticaron una leucemia aguda el pasado mes de mayo. «Fueron momentos muy duros, ya que estábamos en mitad del confinamiento», confiesa su padre, Julio Rodríguez. Con tan solo ocho años, Biel tuvo que ser ingresado en en el Hospital La Fe. Atrapado en la habitación, Biel ya no podía jugar como los otros niños, ni tampoco estar con su familia.
Si pasar por un cáncer ya es una situación complicada, y más para un niño, a ello hay que sumarle el factor del coronavirus. Debido al protocolo de la Covid, Biel no podía recibir visitas. Tuvo que permanecer en aislamiento, únicamente acompañado por uno de los progenitores.
«Lo que más deseaba en el mundo era que vinieran a verme»
Biel al menos pudo contar con la compañía y el apoyo de uno de sus padres al tratarse de un menor de edad. En cambio, otras personas como Cristina Gómez han tenido que atravesar un cáncer de mama en solitario. Con 32 años, Cristina casi pierde la vida sin poder ver a sus seres queridos. «Pasé una cirugía complicada, peligró mucho mi vida. Lo que más deseaba en el mundo era que vinieran a verme después de salir viva de esa operación», cuenta Cristina.
La pandemia también ha provocado retrasos en los diagnósticos. Se estima que uno de cada cinco valencianos no se ha diagnosticado o fue diagnosticado tarde durante la primera ola. Además, la presión hospitalaria ha provocado retrasos en tratamientos esenciales. «Se retrasó mi radioterapia. Iba a ser un mes y medio después de la operación, pero estábamos en cuarentena y no pudo ser», lamenta Cristina.
El aislamiento ha producido un incremento de depresión entre las personas que se encuentran atravesando un cáncer. Sobre todo durante el confinamiento, pero también ahora. «En esta tercera ola me siento apartada. Tengo muchas dudas, muchos miedos. me gustaría poder ir a mi enfermera u oncóloga con la tranquilidad de que no peligra mi vida», reconoce Cristina.
Demandan un Acuerdo contra el Cáncer
Con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer, la Asociación Española Contra el Cáncer de Valencia (AECC Valencia) ha reclamado un Acuerdo Contra el Cáncer para poder dar una respuesta común a esta situación ‘de emergencia’ y conseguir hacer frente a las desigualdades en el acceso a programas de prevención, tratamientos y resultados de investigación.
La entidad ha dado a conocer el ‘Impacto de la pandemia en las personas afectadas por cáncer en España’. El documento aborda la situación de los pacientes con cáncer en medio de esta tercera ola. La saturación hospitalaria provocada por la COVID-19 ha implicado un retraso en las actividades diagnósticas de cáncer. Se estima que uno de cada cinco pacientes no se ha diagnosticado o fue diagnosticado tarde durante la primera ola.
Esta situación preocupa especialmente en regiones en las que ya era baja la participación en pruebas para la detección del cáncer. Este es el caso de la Comunidad Valenciana. A modo de ejemplo más del 55% de valencianos entre 50 y 69 años nunca se han realizado test de sangre en heces para el diagnóstico de cáncer de colon.
Desde la Asociación Española Contra el Cáncer se advierte del incremento de la ansiedad y la depresión en este colectivo, que se ha sentido más solo. En la Comunidad Valenciana, cerca de 34.700 personas están atravesando la enfermedad solas.
También ha empeorado la situación económica familiar de un 46% de los hogares. La Comunidad Valenciana es la tercera con mayor número de personas a las que se han diagnosticado un cáncer en situación de vulnerabilidad social en 2020.