No cambiar la mascarilla cuando se debe provoca que respiremos millones de bacterias. El 80 por ciento de los españoles admite que no sustituye la mascarilla tras exceder su tiempo de uso, cuatro horas en el caso de las quirúrgicas. Un peligroso reciclaje que puede ser perjudicial porque en la boca tenemos millones de bacterias que las contaminan.
De hecho, cada vez que nos ponemos una mascarilla que ya hemos usado antes, nos llevamos a la boca esos millones de bacterias. Hacemos caso omiso: duran días e, incluso, semanas.
Un comportamiento psicológico difícil de explicar. Aunque tenemos miedo de contagiarnos, muchas veces no es suficiente para cambiar la mascarilla. El análisis Tendencias Cofares revela que la mayoría de los españoles (82,5%) asegura ser consciente de las horas de recambio. Los estudios detectan una mayor conciencia al respecto por parte de las mujeres (87%) que de los hombres (78%). La excusa más utilizada es que se olvidan de cambiarla. El Ministerio de Consumo determina que, para garantizar su eficacia y por tanto la protección frente a la covid-19, las mascarillas quirúrgicas deben reemplazarse cada cuatro horas. Por ello, desde las administraciones públicas están haciendo campañas para concienciar a la población. Fernando Simón insiste que para conseguir buenos resultados tenemos que involucrar a toda la sociedad. Los resultados de contagios de los próximos días serán determinantes para saber si hay que endurecer todavía más las medidas. En el resto de países de Europa las medidas son mucha más restrictivas que en España.