A la hora de adoptar un perro hay tener en cuenta si podrá vivir bien en un piso o apartamento. Nadie duda de las ventajas de tener un perro, pero puede convertirse en un problema al tenerlo como compañero de piso. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el tamaño. No podemos meter un San Bernardo en una casa que no sea muy grande y sin jardín.
Siempre hay que preguntar por su comportamiento y son cachorros hay que intentar estimar de alguna manera cuál será su tamaño de adulto. Una vez hemos seleccionado el tamaño adecuado toca valorar el carácter de nuestra posible mascota. Esto incluye el nivel de actividad y necesidad de ejercicio. La gente suele decantarse por adoptar una hembra porque suelen ser más cariñosas y menos impulsivas.
La mayoría de los veterinarios nos dirán que tener en cuenta el tiempo que tengamos para dedicarle. Antes de meter un perro en casa hay que ser responsables, un animal no es un juguete de usar y tirar. Conviene tener en cuenta el pensamiento del dueño, su día a día, rutinas. Por ejemplo, si el dueño es deportista probablemente te convenga un animal más activo. En cambio, si no le puedes dedicar mucho tiempo suelen recomendar perros de un tamaño más pequeño, que sea menos activo.
Los especialistas recomiendan que es preferible que llegue al piso siendo cachorro. De este modo, se acostumbrará mejor a nuestro hábitos y podremos educarlos desde pequeños. También es una buena opción adoptar a animales adultos siempre que sea equilibrado y tenga buena conducta.
Hay que tener en cuenta el pelo, los expertos recomiendan los caniches o perro de aguas ya que no realizan muda estacional. Los perros con pelo más largo también son muy cariñosos y bonitos, lo único que tendremos que cepillarlos más a menudo.