Agentes de la Policía Nacional han evitado que un hombre de 55 años se arrojara desde un puente en Valencia. Fueron tres largas horas de negociación para la que resultó clave la colaboración de una enfermera que paseaba por allí.
Los hechos ocurrieron ayer sobre las diez de la noche en el Camino Nuevo de Picanya en Valencia. La Sala 091 alertó a los agentes para que se dirigiesen al citado punto. Según el aviso, un hombre tenía la intención de tirarse al río.
Inmediatamente los agentes se dirigieron al lugar. Allí encontraron a un hombre en estado de gran nerviosismo con una pierna a cada lado de la barandilla del puente. Éste al ver a los agentes sacó las dos por fuera. Los policías se acercaron con sumo cuidado. Mientras uno trataba de calmarlo e intentar que bajara de la barandilla para regresar a la acera; el otro se acercó tendiéndole la mano para poder agarrarlo. Sin embargo, debido al estado de nerviosismo, el hombre hacía caso omiso y no deponía su actitud.
UNA ENFERMERA AYUDÓ A LA POLICÍA
Ante el temor de que se arrojara, los agentes desistieron en su intento de acercarse y cambiaron de técnica. Éstos entablaron conversación con él para ganarse su confianza y ganar tiempo hasta la llegada del equipo de negociación.
Los agentes averiguaron que al parecer estaba harto de todo y quería acabar con su vida. En esos momentos se acercó al lugar una chica que manifestó ser enfermera. La mujer ofreció su ayuda para seguir ganándose la confianza del hombre. Entre los tres lograron calmarlo hasta la llegada del equipo negociador.
Finalmente, tras una ardua labor del equipo negociador de la Policía Nacional, especializado en este tipo de situaciones, y después de dos horas y media consiguieron que el hombre depusiera su actitud bajándose de la barandilla y tras un examen médico, lo acompañaron a su domicilio.