Fiebre, dolor muscular o debilidad son algunos de los síntomas padecidos por algunos voluntarios de la Sputnik V. La vacuna rusa contra el coronavirus ha pasado ya las dos primeras fases de prueba y ahora aborda la tercera y última: los ensayos clínicos.
De momento se espera que participen de 40.000 a 55.000 personas aunque 300 voluntarios ya han sido vacunados. Según el ministro de Sanidad de Rusia, Mijail Murashko, los síntomas que han mostrado un 14% de los participantes eran previsibles. Además, ha asegurado que estaban descritos en las instrucciones.
Ahora la fecundación también está en el punto de mira. Los organizadores de los ensayos clínicos han recomendado a las voluntarias que no se queden embarazadas. Del mismo modo, han pedido que no se donen óvulos en los tres meses posteriores a la vacunación y que los hombres eviten fecundar o donar esperma. En el caso de no seguir la recomendación se suspenderán las nuevas dosis. No obstante, se continuará con el seguimiento médico hasta el parto.
Según los impulsores de la vacuna, la Sputnik V consta de dos componentes principales: el adenovirus humano tipo 26 y el adenovirus humano tipo 5. Se debe suministrar en dos dosis con un período de 21 días entre ellas. Con su suministro se espera generar una inmunidad de hasta dos años contra el coronavirus.
Fue el pasado 11 de agosto cuando el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya registró la vacuna. Ésta se producirá con la colaboración del Fondo de Inversión Directa de Rusia. Además, aseguran que ya han recibido solicitudes de 20 países para comprar 1.000 millones de dosis. Del mismo modo, parece que hay acuerdos para ejecutar la producción en otros cinco estados para generar 500 millones de dosis anuales.