Una madre mantuvo a su hija encerrada durante 26 años en el interior de una casa del municipio de Arefinsky (Rusia). La progenitora quería alejarla de los peligros del mundo exterior. La joven pasó 14 años escondida sin poder bañarse y era forzada a alimentarse con comida para gatos. Ahora ha publicado su historia el diario The Sun.
La hija encerrada contó que la casa estaba repleta de gatos y ratas, cuyos cadáveres en descomposición eran dejados en el suelo. Dormía con su madre en el mismo colchón. Según el medio The Sun, Nadezhda también confesó no haberse bañado desde el año 2006. «Mi vida es peor que la de un gato. Los gatos tienen más derechos. Ya ni siquiera existo, soy un muerto viviente«, manifestó la mujer, quien aún no tiene muy claro cómo funciona el mundo exterior.
Nadezhda Bushueva vivía con su madre Tatyana. Una vez terminó sus estudios en el colegio a los 16 años, la progenitora impidió a la joven asistir a la educación superior. Incluso no le dejo conseguir un trabajo. Quedó secuestrada dentro de una choza llena de animales, en la cual no había agua potable ni electricidad.
Al comienzo, la joven se ‘acostumbró’ y no trató de irse del lugar. La reclusión se fue haciendo más acentuada. Aprovechando que su madre estuvo ingresada en un hospital, Nadezhda no aguantó más y recurrió a la oficina de un funcionario para que le liberara.