El Valencia CF ha roto el acuerdo de exclusividad con la cooperativa que iba a quedarse las parcelas del viejo Mestalla. Iban a pagar unos 140 millones de euros por el suelo del viejo Mestalla que hubiera servido para financiar el estadio de Cortes Valencianas.
Mediante un comunicado han informado que han convenido que no se dan las circunstancias para la formalización de la operación. Informan que no se han cumplido las condiciones materiales acordadas para su ejecución en los plazos previstos.
A partir de este momento, el Valencia CF va a analizar diferentes alternativas para reanudar la venta del terreno. También quieren reactivar las obras de construcción del nuevo estadio.
Sin perjuicio de ello, ADU va a seguir buscando las adecuadas garantías financieras para su proyecto con el objetivo de poder alcanzar en el futuro, en su caso, un nuevo acuerdo de venta con el Valencia CF que sea satisfactorio para ambas partes, si bien ya, desde este momento, en condiciones de negociación sin exclusividad.
La cooperativa ADU Mediterráneo era la responsable de esta construcción que iba a convertir el campo de fútbol en un complejo residencial de alto standing. No iban a faltar los guiños al estadio de la afición taronja como el mantenimiento del círculo central de saque del terreno de juego.
El proyecto iba a contar con la construcción de 485 viviendas de 1 a 5 dormitorios con dos plazas de garaje cada una. A esto sumaban un trastero, piscina comunitaria, zona de juegos infantiles y un área comercial. Sobre un jardín diseñado a dos niveles se iban a edificar siete torres. Cinco de la propia Cooperativa y dos del Ayuntamiento de Valencia.
Según los plazos señalados, el Valencia debería dejar de jugar en Mestalla antes de julio de 2022 para arrancar las obras de derribo que se prolongarían hasta 2023. En este punto comenzaría la construcción del complejo que tendría una duración de entre dos y tres años. El objetivo era realizar la entrega de llaves a los propietarios en diciembre de 2025.