Como todas las primaveras, toca despedirse del horario de invierno y dar la bienvenida al de verano. El domingo de la semana que viene, el 29 de marzo, a las 2:00 serán las 3:00. De esta manera adelantaremos los relojes y viviremos una hora menos de la temida cuarentena por el coronavirus.
Esto es consecuencia de la Directiva Comunitaria, que tiene como objetivo el ahorro energético. Pero esto no solo sucede en el viejo continente, sino que en otros países de Latino América, EE. UU. y Canadá también tienen este sistema. De hecho, en Estados Unidos ya cambiaron al horario de verano el 8 de marzo.
El año pasado la Comisión Europea lanzó la posibilidad de estandarizar un único horario. En una consulta pública, entorno al 80 % se posicionó a favor de esta opción. La muestra la comprendían cerca de 4,6 millones de ciudadanos europeos. Sin embargo, no hubo un consenso entre los 28 países de la Unión Europea, cuando aún se incluía al Reino Unido. Con esta inestable coyuntura de la UE, parece que la unificación del cambio de hora tendrá que esperar por lo menos hasta el año que viene.
¿Qué efectos tiene el horario de verano?
A partir del 29 de marzo, amanecerá y anochecerá una hora más tarde. De esta manera, podremos disponer de más tiempo de luz solar por la tarde, que suele beneficiar a algunos negocios. Sobre todo, los que más lo agradecen son los de ocio, puesto que por lo general se tarda más en llegar a casa.
En cuanto a la salud, sin contar los infartos, los especialistas aseguran que no hay ningún riesgo por el cambio de hora en una población sana. Sin embargo, es distinto si se padece determinados trastornos.