Valencia CF / Foto Lázaro de la Peña

Los futbolistas reconocen sentir un cosquilleo por su cuerpo cuando escuchan el himno de la Champions, son partidos especiales, de una exigencia máxima y el Valencia CF recuperó en Stamford Bridge su versión “Champions”. A continuación, reproducimos la crónica de la web https://www.valenciacf.com. Vuelve el equipo serio, ambicioso, que supo interpretar el partido a la perfección, sacando el manual de Celades para las acciones de estrategia… y consiguiendo una victoria de mucho prestigio con un gol de Rodrigo.

Con la entrada de Kondogbia en el eje de la medular, Celades movió la pieza de Coquelin a la banda derecha, estando muy atento a las incorporaciones de Marcos Alonso. Cheryshev ocupó el flanco izquierdo. Y el sistema era flexible; en defensa era un 1-4-4-2 que se transformaba al 1-4-3-3 en ataque. Ese era el plan para el estreno en la Champions, y aunque inicialmente el balón lo controlaba el Chelsea FC, la realidad era que no lograban crear peligro. Y a la mínima que el Valencia CF podía sentirse amenazado… irrumpía con fuerza y contundencia Gabriel Paulista al cruce.

Sin desesperarse, poco a poco el equipo empezó a encontrar a Rodrigo. El hispano-brasileño se descolgaba entre líneas, aparecía por la banda derecha y su calidad unida a la inteligencia en sus decisiones encendieron la señal de alarma en el conjunto local. Con Gameiro de ‘9’, el Valencia CF comenzó a combinar de primeras y daba gusto verlo. Solo faltó, que no es nada fácil, concretar alguna de esas acciones trenzadas más propias de una partida a la Play.

Parejo no llegó a una entrega de Coquelin en el minuto 25, a Gameiro le robó el balón Tomori cuando se disponía a rematar, luego Rodrigo probó fortuna con un disparo largo que dio en Gameiro… Dominaba claramente el Valencia CF, dispuesto a dar un golpe encima de la mesa, al que solo se le encogía el corazón con los remates de Willian antes de llegar al descanso. Mención especial el remate en la prolongación del primer tiempo, pero ahí apareció Cillessen como un gigante para repeler el violento remate.

No varió el guión tras el descanso. Seriedad máxima atrás, sin sufrir, hasta de nuevo ir avanzando metros. Y con un ‘gran’ Kondogbia, omnipresente recuperando balones y jugando de primeras. En el minuto 55 de partido, un saque de esquina cocinado en botica estuvo muy cerca de acabar en gol, pero el remate de Gameiro tras un perfecto desmarque se marchó alto. ¡Qué lástima! Pronto llegó la réplica, pero volvió a aparecer Cillessen para sacar una mano salvadora evitando el gol de Marcos Alonso de falta directa. Una parada para disfrutar viéndola repetida.

Algo bueno iba a llegar, porque esa acción no le metió el susto en el cuerpo al Valencia CF, que seguía sacando sus uñas buscando el gol. El vestuario tenía hambre de victoria. Y una de las formas para llegar al gol es la estrategia. La mano de Celades se notó en esa faceta, se interpretaban bien las acciones, solo faltó finalizarlas bien, objetivo que cumplió Rodrigo tras un excelente saque de Parejo en el minuto 74 de partido. El grupo se fundió en una piña. Rodrigo estalló de alegría, como todos sus compañeros y el banquillo.

Se había dado el primer paso, había que conservar esa ventaja y llegó el momento de sufrir. El Chelsea FC colgó muchos balones al área, y en uno de ellos el esférico golpeó en la mano de Wass. Intervino el VAR, el colegiado se acercó a la pantalla y decidió señalar penalti. No hubiera sido justo el empate. Barkley le pidió a Willian lanzar la pena máxima, asumió la responsabilidad y el jugador del Chelsea FC envió el balón alto, rozando el larguero. ¡Vamossss! Aún había que sufrir, pero cuando un balón amenazaba la portería valencianista aparecía Cillessen, como volvió a ocurrir en el minuto 93 de partido con otra falta lanzada por Marcos Alonso. Y se acabó, sumando tres puntos de un gran valor para iniciar la Champions League con buen pie.