¿Cuál es la realidad de nuestros jóvenes en el mercado de la vivienda? Los jóvenes son el motor de la economía. Pasar del alquiler a la propiedad de la vivienda es el gran reto al que se enfrentan . Aquellos con edades comprendidas entre 25 y 35 años han entrado al mundo laboral con y tras la crisis de 2008, por lo cual, se han encontrado con muchos más obstáculos para ahorrar dinero y, en consecuencia, están más limitados a la hora de realizar inversiones inmobiliarias.
Actualmente, los precios del alquiler están en constante aumento y no es sorpresa para nadie. Esta situación, junto con las facilidades hipotecarias que ofrecen los bancos actualmente, especialmente para jóvenes menores de 35 años, han hecho que algunos jóvenes, cansados de pagar alquiler y de las constantes subidas de precios en cada renovación, se decanten por la compra de viviendas, habiendo un 26,5% de aquellos entre 16 y 29 años en régimen de propiedad de vivienda, según datos de 2017 del INE.
Según el censo del INE, en España son más de 5 millones de personas las que actualmente entran dentro de esta franja de edad y que presentan ciertas peculiaridades. Son nativos digitales, pues han crecido a la vez que el desarrollo tecnológico; son inconformistas y no tienen miedo a los cambios; prefieren invertir en experiencias que en bienes materiales y suelen tener tasas de ahorro muy bajas pues, entre otras cosas, siguen la filosofía “YOLO”, You Only Live Once, lo que se traduce en “solo se vive una vez”.
Ante este panorama y tomando en cuenta las características de la población joven, Vitrio, la plataforma que se está imponiendo entre los profesionales inmobiliarios como gestor integral de inmuebles, ha analizado las tendencias de comportamiento de este grupo nuevo en el mercado inmobiliario. Qué buscan, cómo lo buscan y cuánto están dispuestos a pagar por ello.
Parte de esta población se ubica en las grandes ciudades del país por ser centros de alto desarrollo económico y por sus posibilidades de empleo y crecimiento profesional. Sin embargo, los elevados precios que presentan los inmuebles en estas urbes han hecho que este grupo de personas que buscan una primera propiedad para emanciparse o para formar una familia, se inclinen hacia las opciones más asequibles que ofrece el extrarradio, viviendas de mayor tamaño y obras nuevas en buen estado.
Sin embargo, con un salario de entre 16.000 y 20.000 euros al año, los jóvenes tienen cada vez más difícil el ahorrar para poder pagar la inicial de una propiedad y su consiguiente hipoteca.