Muchos no lo saben, pero desde el pasado 27 de abril todo aquel que desee visitar la capital de nuestro país deberá implementar un accesorio en su coche. En concreto, los usuarios que quieran desplazarse a Madrid tendrán que adherir en su luna delantera un distintivo medioambiental que identifique su potencial contaminante.
Este distintivo se tiene que solicitar en las oficinas de Correos (los talleres también los gestionan, pero tarda varios días en llegar) y su entrega es instantánea tras aportar la matrícula y un documento nacional de identidad. En este caso, Correos cruza los datos con la Dirección General de Tráfico (DGT) y el ordenador adjudica una de las cuatro categorías disponibles: Cero (azul), Eco (azul y verde), C (verde) y B (amarilla). Su coste es de cinco euros.
Basta con acceder a la página web de la DGT e introducir la matrícula de tu vehículo para saber qué distintivo le corresponde. Pese a que en un futuro no muy lejano contaremos con cinco pegatinas distintas, de momento solo existen cuatro distintivos disponibles en función de la contaminación que emite el motor. Esta está ligada con el año de fabricación y el tipo de combustible que consume el vehículo.
En el quinto grupo, que se denomina A y de momento carece de distintivo, encontramos los automóviles más antiguos y por ende los más contaminantes (en general, los de gasolina matriculados antes del 2000, los diésel previos a 2006 y las motos anteriores al 2000). Ahora están exentos de llevarla, pero se prevé que esta quinta pegatina sea obligatoria en el futuro y supondrá la máxima restricción de circulación.
Cabe destacar que por el momento esta normativa solo afecta la zona de Madrid Central. La sanción por no tener este distintivo visible podría llegar a los cien euros por ser una infracción leve de una ordenanza, si bien el Ayuntamiento ha comunicado que solo multará con quince euros.