¿Te habías planteado alguna vez que el coste de llenar el depósito de tu coche varía en función del día de la semana? Los precios fluctúan y hay días que simplemente deberías marcar en rojo para evitar que sangre tu bolsillo.
Las marcas distribuidoras suelen aprovechar los patrones de movilidad colectivos para modificar a su antojo sus precios, de manera que los días de mayor demanda estos crecen en consecuencia. Si tienes en cuenta algunas premisas generales y no esperas a estar en reserva para ir a la gasolinera, tu bolsillo puede salir beneficiado.
Los fines de semana son siempre los días más caros. Este incremento en el precio tiene una explicación simple: los fines de semana la gente tiende a hacer viajes más largos y a repostar gasolina para la semana, factor clave en el incremento de la demanda y, en consecuencia, en el del precio.
Por el contrario, los lunes son habitualmente los días de menor coste. Un coste que va creciendo por norma general a medida que se aproxima el fin de semana.
Si hay una operación salida cerca en el calendario… ¡alerta!. Es mejor repostar unos días antes de que llegue y no apurar hasta el día de antes. Hay mucho lince al frente de las empresas distribuidoras, y no van a dejar pasar la oportunidad de sangrarte una vez más si decides dejar lo de rellenar el depósito para última hora.
Por último, y como es evidente, la ubicación de la gasolinera también puede afectar al precio. Normalmente, es más barato repostar antes de entrar en la autopista. Hacerlo en zonas a las afueras de núcleos urbanos (como polígonos industriales) también te ahorrará unos euros.
En cualquier caso, las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a encontrar las gasolineras más baratas de nuestro entorno. Aquí una lista con las mejores apps para buscarlas.