La tasa de nupcialidad (número de matrimonios por cada 1.000 habitantes) de la Comunidad Valenciana se ha desplomado hasta 3,5 en estos últimos años. En tan solo 15 años ha pasado de 6 en el 2000 a ser 3,5 en el 2014. Alicante (3,21) es la provincia donde menos matrimonios se producen en relación a su población. Le siguen Castellón (3,37) y Valencia (3,77), es decir, las parejas se casan menos. Y se casa más tarde: la edad promedio de matrimonio en hombres es de 37 años y en las Mujeres de 34 años en nuestra Comunidad.
Y, sin embargo, a pesar de que la tasa de nupcialidad ha disminuido, nos encontramos con que el porcentaje de rupturas sigue aumentando. El año pasado se produjeron más de 11.400 rupturas familiares, de las cuales el 95% son divorcios (frente a nulidades y separaciones). Se produce una ruptura cada hora y media (31 rupturas al día). Si comparamos los datos con los de hace 10 años el resultado es muy revelador. Han pasado de 6.000 divorcios anuales en el 2004 a más de 11.400 en el 2015, lo que ha supuesto un incremento casi del 95%.
Los datos del Instituto de Política Familiar nos muestran que la Comunidad Valenciana es, junto Cataluña y Canarias, la comunidad autónoma con mayor tasa de ruptura familiar. La tasa de ruptura/matrimonio (0,73) está por encima de la media nacional (0,65) y muy por encima de la media de la Unión Europea (0,46), es decir, los valencianos nos casamos menos y nos divorciamos más, mucho más que en otras comunidades autónomas.
La duración de las relaciones
Los datos son muy claros, cuanto más tiempo, más posibilidades de divorcio. De las 11.405 rupturas (separaciones o divorcios) que se produjeron en 2015 en la Comunidad Valenciana, el 3.4 % no llegaron a cumplir los 2 años de matrimonio, el 34% superaron los 2 años pero no llegaron a los 10 años de relación y el restante 62.6 rompió su relación tras más de 10 años casados. De estos últimos, el 27% decidió poner fin a su amor tras más de 20 años en pareja.
La Comunidad registra el mayor número de demandas de disolución matrimonial por cada mil habitantes de entre todas las comunidades autónomas de España, según los datos del Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial. En concreto, el registro en la autonomía valenciano es de 0,82, poniendo en relación el número de demandas de disolución matrimonial con el número de habitantes a 1 de enero de 2016, según datos del Tribunal Superior de Justicia. La región se sitúa por delante de autonomías como Canarias, 0,81; Baleares, 0,80, o Cataluña, 0,78.
La psicología clave en las rupturas
Estos datos han servido al psicólogo valenciano Enrique Moreno para desarrollar el primer barómetro de psicología y ruptura de pareja en la Comunidad Valenciana.
“La Comunidad Valenciana lidera el ranking de rupturas familiares en España, lo que implica directamente que también lideramos los efectos psicológicos que estas rupturas tienen en ambos miembros de la pareja y en los hijos, en el caso que los haya” afirma Enrique Moreno.
Para el psicólogo valenciano, “en un tercio de las rupturas el desamor y un duelo patológico tras la relación puede derivar en una depresión. Y más grave todavía, en algunos casos el proceso depresivo deriva en la conclusión de que la propia vida no tiene sentido sin la pareja.” Hace ya tiempo que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en la Comunidad Valenciana, muy por delante de los siniestros de tráfico o los homicidios.
En un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders (Revista de Trastornos Afectivos) tanto la separación como el divorcio se asociaron con un aumento del riesgo de suicidio, especialmente entre los hombres de 15 a 24 años. El estudio encontró que a menor edad existe más riesgo de suicidio tras una ruptura. “Es cierto que todos los estudios nos indican que las mujeres sufren más tras una ruptura, pero también tienen generalmente un mejor manejo de las emociones. Un mal manejo, unido a cierta falta de madurez puede tener graves consecuencias” afirma Moreno.
Finaliza el estudio con datos optimistas: en los últimos años cada vez más gente acude a un profesional para aprender a manejar la tristeza y la ansiedad derivada de una ruptura de pareja. En la gran mayoría de los casos, al igual que ocurre en el duelo por la pérdida de un ser querido, la terapia psicológica potencia la aceptación y la superación de la ruptura. Finaliza Moreno con un ejemplo: “es cómo hacer una mudanza, por supuesto que puedes hacerla tu solo, pero si contratas a una empresa de mudanzas será más rápido, efectivo y seguro”.