Han pasado 67 años desde aquel 14 de octubre de 1957, día en el que el cauce del río Turia se desbordó en Valencia. Desde entonces, la gran riada continúa en la retina de aquellos que la vivieron y forma parte de la memoria de la ciudad.
Fue una jornada antes, el 13 de octubre, cuando las precipitaciones descargaron sobre la capital del Turia. Las lluvias llegaron a dejar hasta 500 litros por metro cuadrado en municipios próximos a Valencia como Buñol. Las cifras presagiaban la peor de las consecuencias: el desbordamiento del río.
#Riuà1957, hoy hace 60 años València estaba sin luz, València estaba sin agua y València estaba sin pan. Sonido de @SERvalencia pic.twitter.com/mFOmOXiyLI
— AEMET_C. Valenciana (@AEMET_CValencia) October 14, 2017
El agua arrasó las calles del centro y sus alrededores con una riada que se cobró cerca de un centenar de vidas, 81 fallecidos de forma oficial. Según recogen los datos, se originaron dos ondas de crecida del río sobre Valencia: la primera de 2.700 m³/s y una velocidad media de 3,25 m/s; y la segunda de 3.700 m³/s y una velocidad de 4,16 m/s.
Fue la segunda onda la más virulenta y la que provocó la inundación de toda la ciudad. El crecimiento del río fue tal que llegó hasta la misma plaza del Ayuntamiento de Valencia. la altura del agua llegó a superar los 5 metros en algunos barrios.
#Riuà1957, por las calles de València se pueden encontrar placas recordando la riada y el nivel alcanzado por las aguas pic.twitter.com/l6IcCgdSYe
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Según cuentan las crónicas, aquel 14 de octubre los policías municipales trabajaron sin descanso ayudando a centenares de vecinos. Su actuación en aquellos difíciles días llevó al Ayuntamiento a concederles la medalla de la Gratitud.
Tras la catástrofe, los dirigentes de la época decidieron hacer una remodelación para prevenir que se repitiera el desastre. Por ello, se trasladó el cauce del Turia a las afueras de la ciudad. Además, se construyó un enorme jardín en el antiguo cauce convirtiéndose en uno de los pulmones verdes de la ciudad.