Este mes de noviembre se han cumplido 30 años del que ha sido el caso más mediático de España: la desaparición de las niñas de Alcàsser. Tres décadas después de los crímenes, el caso continúa abierto con preguntas por responder y su mayor implicado, Antonio Anglés, en paradero desconocido.
Ya ha pasado un año desde que la Policía Nacional y Europol iniciaron una campaña en la solicitaban la colaboración ciudadana para localizar a Anglés. Por el momento, no se han desvelado avances y se ha iniciado una carrera contrarreloj.
Antonio Anglés está acusado de triple asesinato, tres violaciones, rapto de menores y posesión ilegal de armas de fuego. Sin embargo, todo esto prescribirá en 2029. Pasada esta fecha ya no podría ser detenido en el caso de continuar con vida. Sólo habría una excepción y es que la nueva línea de la investigación aportase datos relevantes. Esto retrasaría la extinción de la responsabilidad penal otros 20 años más.
Localizar a Anglés podría además dar respuesta a otras claves del caso Alcàsser. Por ejemplo, una de las principales dudas es qué se hizo en realidad con los cuerpos de las chicas. La versión oficial de los hechos asegura que las tres niñas de Alcàsser fueron violadas y torturadas hasta la muerte tanto por Anglés como por su compinche Miguel Ricart. Además, un tiro en la nuca acabó con la vida de cada una de ellas. Sin embargo, las autoridades nunca encontraron rastros de sangre en la caseta en la que supuestamente tuvieron lugar las torturas de las niñas.
PELOS SIN ADN Y UNA SNUFF MOVIE NUNCA VISTA
A esto se suma el interrogante de si los cuerpos siempre se enterraron en el mismo sitio o se movieron. Los tres cadáveres aparecieron en La Romana, un paraje de difícil acceso de Tous, envueltos en una alfombra.
Fue el 27 de enero de 1993, 74 días después de la desaparición, cuando dos apicultores los localizaron. La clave para llegar a Anglés es que junto a la fosa de las jóvenes se encontró un resguardo de la seguridad social a nombre de uno de sus hermanos. Los expertos apuntaron a que era extraño que esos papeles hubiesen permanecido durante dos meses en el mismo sitio y a campo abierto.
Por último, son muchas las versiones que han hablado de la implicación de más personas en los asesinatos. Aunque una de ellas era la posibilidad de que Miriam, Toñi y Desirée hubiesen sido víctimas de una snuff movie (vídeos de asesinatos y torturas), la verdad es que la cinta en cuestión jamás ha aparecido.
No obstante, las pruebas forenses sí hablan de la existencia de pelos de hasta cinco implicados. Estos hallaron más de 60 pelos pero sólo 29 pudieron utilizarse para averiguar el ADN. Tres de ellos eran del pubis del propio Miguel Ricart. Otros dos cabellos encontrados pertenecían a Antonio Anglés y de nuevo a Ricart. Además, hubo un pelo canoso del que nunca se supo la procedencia y otros dos cabellos también de origen desconocido.