Tras los tres días de luto declarados en la Comunitat, y después de un fin de semana de intenso trabajo, vamos conociendo más datos sobre las víctimas del terrible incendio del edificio en el barrio de Campanar. Como sucede con la vecina nacida en Alzira que llegó a contactar con su madre por teléfono mientras las llamas se cernían sobre su vivienda o la profesora de un instituto de Valencia cuya ausencia, en la mañana del viernes, hizo saltar las alarmas. Son algunos de los nombres propios de una tragedia que también se ha llevado por delante a una familia entera, atrapada en el baño de su vivienda, y a una pareja de personas mayores que vivía con su mascota.
Los dos jubilados
Durante la tarde del viernes también se confirmó el fallecimiento de una pareja de jubilados que residía en un tercer piso junto a su mascota. Todo apunta a que no tuvieron opciones de salir de casa ante la rápida propagación de las llamas.
Profesora en Malilla
Entre los desaparecidos también se encuentra una profesora del instituto público de Malilla, residente en uno de los pisos más elevados del inmueble. La docente ya no acudió a las clases que tenía programadas el viernes, lo que disparó las alarmas. Muy apreciada por sus estudiantes y compañeros, en el curso anterior se encargó de las asignaturas optativas de Investigación y Proyectos de 2° de la ESO y Proyectos de Investigación en 1° Bachillerato, según se desprende de la información sobre una formación para docentes de la asociación Valenciana de Apoyo a las Altas Capacidades Intelectuales.
Atrapados en el baño
Por seguridad, y al activar el protocolo, se les indicó que volvieran a la vivienda y se pusieran a salvo en el baño. Una pareja de unos cuarenta años junto a sus dos hijos de corta edad: el mayor de dos años y una recién nacida de apenas dos semanas. Al parecer mandaron un mensaje desgarrador a través de una aplicación de móvil en el que pedían ayuda para poder escapar de las llamas.
La madre era antigua alumna del colegio Jesús María de la Gran Vía Fernando el Católico, de la promoción de 1986. El viernes por la tarde el centro convocó a familias, alumnos y docentes a una oración en su recuerdo.
El niño de dos años estaba escolarizado en la escuela Infantil Sant Pau, que quedó devastada tras conocerse la noticia, hasta el punto de que varias educadoras precisaron de ayuda psicológica. En su recuerdo se colocó en la entrada un crespón negro acompañado de una rosa blanca.
El padre era gran aficionado al Levante UD abonado desde hace más de 20 años con asiento en la zona de Gol Alboraya, «donde pretendía acudir también a partir de ahora con su familia, especialmente con sus hijos».
La vecina de Alzira
Es la pequeña de varios hermanos, de unos treinta y tantos, que se había trasladado hace algunos años a Valencia y vivía con su pareja, aunque su familia reside en Alzira. Contactó con su madre para informarle de la situación y decirle que lo tenía muy complicado para poder escapar, aunque lo iba a intentar. No volvió a descolgar el teléfono.