¿Solicitar el voto por correo exime de estar en una mesa electoral?

(ARTÍCULO DE OPINIÓN DE SERGIO CASTELLOTE MARTÍN). – Pese a los augurios demoscópicos de victoria de la izquierda abertzale el próximo domingo, esto probablemente caiga en saco roto. A mi juicio no debemos sentenciar de forma tan preliminar a uno de los partidos con más historia, trayectoria y picardía política de España, el gran protagonista del célebre Alderdi Eguna (dia del partido), el PNV.

Las elecciones en el País Vasco suelen ser un remanso de paz y estabilidad frente a la frenética situación política en el conjunto de España, algo que probablemente cese este domingo cuando un puñado de votos podría decidir al ganador de las elecciones. Esto se presume notoriamente irrelevante, ya que todos los partidos con opciones de conseguir asiento en el Eusko Legebiltzarra han prometido por su conciencia y honor no darle el gobierno vasco a Bildu, por tanto el único margen para la sorpresa postelectoral lo determinará el grado de sinceridad que hayan tenido los socialistas durante la campaña.

La sinceridad del PSOE sobre todo en estos años suele ser baja, ínfima, mienten y perjuran como modo de actuación predeterminado por la cúpula sanchista. Pero cabe la esperanza de que los de Bildu no alcancen la lehendakaritza gracias a las necesidades de Sánchez en Madrid. El PNV es un partido serio y responsable pese a sus deslices en Madrid, y sobre todo es un partido inteligente, que no dudará en decirle a Sánchez que se suba y pedalee en caso de que les haga perder el gobierno vasco. Bildu sin embargo no posee este margen de maniobra tan amplio, pues su participación en un pacto alternativo a Sánchez sería inviable e incluso grotesco.

Si realizamos un ejercicio de memoria a corto plazo, recordaremos como el PSOE cedió la alcaldía de Pamplona a los abertzales en detrimento de sus socios históricos de UPN. Una compensación por la imposibilidad de entregarles el gobierno vasco ante la aritmética parlamentaria en Madrid. Ahora los socialistas parecen estar a otra cosa, se habla de Bildu como el innombrable, como si fuese perverso y descabellado pensar que el PSE podría darle un gobierno a los herederos de Herri Batasuna. Luego la realidad zarandea al socialismo con su propio reflejo.

Las críticas del PSE a Bildu esta semana vienen por su vinculación con ETA, tiene guasa la cosa, después del abyecto blanqueamiento que han realizado estos años los socialistas, entre otras cosas aprobando la ley de memoria democrática con Bildu, ahora Bildu resulta una amenaza para la calidad democrática. ¿No deberíamos plantearnos que igual la verdadera metástasis de la calidad democrática española son los socialistas?. Para mi resultan mucho más creíbles las críticas del PNV a Bildu, que aunque son más escasas de lo que se precisa, las considero sinceras, y no un mero pretexto para ganar votos o por la desesperación electoral.

Lo deseable sin duda sería una suma del PNV con el PP que llegase a los 38 de la mayoría absoluta, que dotase de estabilidad al país vasco y sirviese de palanca para una posible moción de censura en Madrid. Por desgracia esto se antoja de difícil alcance, el PP roza los 7 diputados mientras probablemente el PNV no pase de 29. Antes de que se me escandalice algún antinacionalista, a veces en política hay que buscar la opción menos perjudicial, y aunque en el PNV existe una rama tendente al soberanismo que me preocupa, sí que creo que es un problema a abordar en futuras ocasiones y no cuando la principal molestia para cualquier patriota es Pedro Sánchez.

Asimismo, doy el beneficio de la duda a Imanol Pradales, candidato jeltzale (PNV), un tecnócrata presidenciable lejos de radicalismos o ensoñaciones soberanistas. De no dejarse contaminar por la “sanchezsfera” ni por las aspiraciones soberanistas de algunos, podría llegar a ser un buen gobernante. Confío en que su talante no resulte falaz o un burdo intento de disfrazar de amabilidad una deriva independentista radical.
El ejemplo más ilustrativo de esto es el del candidato de Bildu, Pello Otxandiano, hombre joven, templado, con gafas de pasta, como Berto Romero pero sin gracia, detrás del cual no olvidemos se oculta la formación de Arnaldo Otegi y sus correligionarios.

Pase lo que pase este domingo, gobernará Pradales, atado al socialismo o condicionado por el PP. Pero la carrera de Bildu a la lehendakaritza no acaba aquí, la nueva naturaleza metamórfica de los socialistas nos lleva hacia el abismo abertzale en un futuro no muy lejano, por tanto el PNV deberá cuidarse mucho las espaldas con sus actuales socios. La duda está en si conseguirán mantenerse invictos o fracasarán por primera vez frente al radicalismo.