El reto de la vivienda asequible: este es el municipio valenciano más barato para vivir
Proyecto del PAI del Grao que contempla la creación de 2.500 viviendas.

El panorama de la vivienda en la Comunitat Valenciana ha experimentado un notable cambio en 2024, consolidándose como una de las regiones con mayores incrementos en el precio de la vivienda de segunda mano en España.

Según el informe anual de precios de venta de pisos.com, el precio medio del metro cuadrado en la región alcanzó los 1.991 euros en diciembre, un aumento del 1,79% respecto a noviembre y un espectacular 17,70% interanual, posicionándola como la cuarta comunidad autónoma con mayores subidas en el país.

Además, la Comunitat Valenciana se colocó como la sexta autonomía más cara de España, superada por regiones como Baleares, donde los precios llegaron a los 4.931 euros por metro cuadrado. A nivel nacional, el precio medio de la vivienda de segunda mano cerró 2024 en 2.479 euros por metro cuadrado, registrando una subida interanual del 14,78%. Este contexto refleja una tendencia al alza que, según expertos, está impulsada por un desequilibrio entre oferta y demanda y el impacto de condiciones hipotecarias favorables.

Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, ha destacado que esta dinámica se ve alimentada por la escasez de oferta residencial y la competencia entre compradores, respaldados por hipotecas con tipos de interés en descenso. Sin embargo, advierte que garantizar el acceso a la vivienda debe primar sobre los intereses puramente económicos.

Valencia lidera los aumentos: sus tres barrios más caros

En la Comunitat Valenciana, las tres provincias registraron incrementos en 2024, con Valencia a la cabeza. Esta experimentó un incremento interanual del 20,18%, alcanzando un precio medio de 2.022 euros por metro cuadrado, y su capital, con 3.197 euros por metro cuadrado, fue la octava más cara de España.

Alicante, por su parte, tuvo un precio medio de 2.172 euros por metro cuadrado, un 15,65% más que el año anterior. En cuanto a Castellón, fue la provincia más asequible con 1.277 euros por metro cuadrado, un aumento del 11,8% en comparación con 2023.

En Valencia capital, los distritos como Jesús, Extramurs y Benicalap destacaron por las mayores subidas interanuales, superando el 30%. Solo Campanar y Patraix mostraron ligeras caídas trimestrales.

Canals, la localidad más barata para vivir

El informe también señala un fuerte contraste entre los municipios valencianos. En Alicante, localidades como Villena vieron un aumento del 9,18% en el último trimestre, mientras que Benissa registró una caída del 8,36%.

Destaca el caso de Alcoy, que tuvo un incremento interanual del 37,01%, colocándose entre los municipios con mayor subida a nivel nacional. En el lado opuesto, La Vila Joiosa experimentó una de las mayores caídas del país, con un descenso del 26,35% en el precio de la vivienda.

En cuanto a los precios más altos, Calpe lidera con 3.861 euros por metro cuadrado, mientras que Canals es el municipio más asequible, con 644 euros por metro cuadrado.

Desafíos para el futuro: garantizar el acceso a la vivienda

El mercado inmobiliario valenciano enfrenta un 2025 marcado por el desafío de equilibrar la oferta y la demanda. Según Font, los recortes de tipos del Banco Central Europeo podrían ejercer una presión adicional sobre los precios, lo que refuerza la necesidad de implementar políticas que impulsen la oferta de vivienda en un marco jurídico y fiscal estable.

Pese a los aumentos, la compraventa de viviendas sigue siendo una opción atractiva para inversores, consolidando la vivienda como un valor seguro en España. Sin embargo, esta dinámica pone en evidencia un problema estructural que afecta directamente al acceso a una vivienda asequible, especialmente para las familias con menores recursos.

En definitiva, mientras que invertir en ladrillo sigue siendo rentable, garantizar el acceso a una vivienda digna y asequible debe ser una prioridad en las agendas públicas y privadas. El mercado valenciano, con sus fuertes contrastes y desafíos, será un termómetro clave de las políticas de vivienda en el futuro inmediato.