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Un empresario catalán, Raúl Castañeda, deja en un restaurante de Marbella más de 4.000 euros de propina para los camareros. Un gesto generado tras las críticas de un cliente a quien pidieron una propina tras cenar en el local.

Tras la queja viral de un ticket del local quejándose de que le habían pedido propina a pesar de gastar en la cena 4.098 euros, de los que 372 correspondían al servicio en mesa.

El empresario reservó mesa junto a seis personas más, desplazándose adrede de Barcelona a Málaga. Pidió al camarero que incluyesen en la factura la misma propina de la factura del cliente que se quejó en su día, es decir, que dejó 4.098 euros extra y la factura que pagó ascendió a 8.179.