El cierre de la Autoridad de Transporte Metropolitano supuso pérdidas de 300 millones en transporte público. Así lo ha afirmado el alcalde de Valencia, Joan Ribó, durante la mesa de debate sobre «Movilidad Sostenible y Calidad del Aire en Valencia y ámbito metropolitano».

Ribó ha reivindicado que Valencia tendría que volver a disponer de un contrato-programa con el Sido cómo ocurre con otras grandes ciudades españolas que sí recibieron financiación estatal, como los 125 millones de Madrid, o los 108 de Barcelona.

El Plan de Movilidad de Valencia se sustenta sobre tres ejes: la recuperación del espacio público peatonal, la creación de una red de transporte colectivo eficiente y el impulso de la utilización de bicicleta.

El alcalde ha asegurado que Valencia «ha hecho una apuesta decisiva para reducir las emisiones y conseguir una calidad de aire factible para los valencianos». También Ribó ha lamentado que la legislación española no permita iniciativas como la de París, que ha cerrado el paso a los vehículos más contaminantes.

Así mismo, ha destacado que su equipo de gobierno no puede trabajar en materia de autoconsumo eléctrico porque la legislación española «esta dictada por el oligopolio de las empresas eléctricas».