La Iglesia Jesuitas Valencia iniciará la restauración de sus vidrieras, que suponen el conjunto de vitrales policromados con mayor superficie de toda la Comunidad Valenciana, con más de 272 metros cuadrados. Para acometer la restauración integral, con un coste superior a los 100.000 euros, se lanzará una campaña de Crowdfunding en la que pueden colaborar tanto empresas como particulares.

El templo, ubicado en la calle Padre Pedro Arrupe de Valencia, se encuentra en un proceso de restauración integral que comenzó hace dos años y en el que se va a recuperar el edificio para darle una nueva vida en el que se dan la mano en un mismo espacio el culto, la pastoral, la música, la cultura o la didáctica.

Después de concluir la fase de urgencia y la primera fase de la rehabilitación, el edificio afronta ahora el inicio de una nueva etapa, en la que se pretende restaurar las vidrieras y el órgano centenario.

272 metros cuadrados en 77 vidrieras

Respecto a la vidrieras, “el paso del tiempo ha afectado bastante a la conservación de las mismas, que “han perdido vidrios y se han doblado” por lo que ahora se tienen que restaurar de manera íntegra, señala Xavier Laumain, arquitecto responsable de la restauración del templo. Para poder realizar dicha restauración las piezas se desmontarán, una por una, y se trasladarán hasta el taller donde se rehabilitarán. Una vez acabadas, se volverán a instalar en el templo. El trabajo se ha confiado al equipo de Ximo Roca, “un restaurador especializado en vidrieras, en sus técnicas y materiales”.

El gran número de vidrieras que tiene el templo obliga a realizar la restauración en diferentes lotes, poco a poco, desmontando unas pocas inicialmente para ir avanzando a medida que las cristaleras se vayan instalando de nuevo. “El proceso es delicado, laborioso y complejo. Hablamos de una intervención que superará el año de trabajos”, comenta Laumain.

Asimismo, los huecos dejados por las vidrieras que se vayan restaurando se protegerán para que el edificio pueda seguir utilizándose en las diferentes actividades pastorales, musicales o culturales que acogerá el espacio durante ese largo periodo de tiempo.

A las complicaciones técnicas que suponen los trabajos de rehabilitación, el proyecto añade las dificultades económicas. “Toda restauración artesanal y específica no es barata”, confiesa el arquitecto, “pero tenemos claro que aquí disponemos de una joya patrimonial y por ello todo lo tenemos que hacer muy bien”.

En este sentido, la Iglesia Jesuitas Valencia lanzará en las próximas semanas una campaña de micromecenazgo o ‘crowdfunding’ con la que se pretende conseguir una parte de la financiación necesaria para realizar los trabajos. La colaboración económica de cualquier persona amante del patrimonio valenciano será bienvenida para poder cumplir con los plazos previstos en la restauración. Sin dinero, será difícil que se pueda avanzar en el proceso.