El humorista, cómico y actor Paco Arévalo tiene un objetivo en la vida, crear sonrisas con sus espectáculos de humor en teatro o televisión. Recientemente ha estado en los estudios de 7 Televalencia para ser entrevistado por Quique Peña.

Paco Arévalo empieza la conversación recordando las cintas de Cassette, “fue una época importante, fíjate que en los años 80 me llamaban el embarazado porque estaba siempre en cinta. En DVD llegué a sacar también cosas, pero la cinta formó parte importante de mi carrera”. “Mi humor está dentro de un abanico de hacer imitaciones o formas de hablar de los lugares de España, incluso del extranjero, siempre de habla hispana. Mi hija cuando tenía amígdalas, hacía como un gangoso infantil, nunca burlándome de nadie, ni de enfermo de paladar, ni nada. Hay gente en redes sociales, que recriminan esto, que no es verdad”- cuenta el humorista.

Arévalo resalta que “hay que empezar por reírse de uno mismo, es algo que tenemos muy aprendido todos los que nos dedicamos al humor, uno se mira al espejo y empieza a sacarse los defectos, empieza a insultarse, a reírse, ahí es donde empieza el humor, riéndose de uno mismo. No es lo mismo reírse de uno mismo y de lo que hagan otros, que reírse de una persona. Una persona que tenga alguna malformación, pues no te vas a reír porque no hace gracia, a mí no me hace gracia un señor que vaya mal, que vaya cojo, pero si me hace gracia uno que circunstancialmente se caiga, sin que se lo espere, si no le pasa nada a la persona, ¿A quién no le hace gracia?. Hay una diferencia muy grande entre la caída de un hombre y la de una mujer, esta última es vergonzosa, cuando se cae aunque se haga daño, empieza a reírse, aunque se esté muriendo del dolor. El hombre, en cambio, es más bruto, empieza a despotricar, pega una patada, incluso es capaz de romperse el pie del golpe que pega tras caída”.

El humorista subraya que “la gente que nos dedicamos al mundo del espectáculo, a hacer comedia, nos hace mucha falta que nos hagan reír. Un día un payasito de calle, me hizo reír solo con una nariz y un suéter de rayas, imitaba a toda la gente que pasaba, era un espectáculo de divertido, si pasaba una embarazada la imitaba, un forzudo, también, y si se daban la vuelta enfadados, él se tiraba al suelo como rendido”.

En la entrevista también nos habla de la magia, dice que “es muy bonita, yo empecé viendo trabajar mucho a Juan Tamarit, cuando estaba en el programa 123 con nosotros, con él he disfrutado muchísimo la magia, está considerado como uno de los grandes”. Sobre Bertín Osborne lo describe como su hermano, “hemos hecho una gira de 6 años y medio, estupendo, he hecho algunas colaboraciones en el programa “Mi Casa es la Tuya” llevando en coche a Bertín y hablando un poco del invitado, qué le parecía, una cosa divertida. Lo considero un gran amigo mío, lo que necesite, yo estoy a su lado”. Sobre Fernando Esteso remarca que “es una gran persona, un gran amigo, un gran profesional, hemos hecho muchas cosas juntos. Siempre que hemos estado trabajando junto, él me ha ayudado mucho”.

Para acabar la entrevista nos cuenta no echa de menos nada, piensa que “el progreso es el progreso y hay que ir con él, sino serias un anticuado de narices, añoro lo que ha quedado atrás, me da mucha rabia a veces lo de políticamente correcto”. Sobre proyectos de futuro nos adelanta que a finales del mes de febrero empieza con Rafa Basurto y yo, con “Dos amigos tan panchos”. Indica que “la televisión es algo que me gusta muchísimo, sobre todo casi familiar, cuando yo hacía “De los buenos el mejor” con Malena Gracia, tenía una audiencia espectacular, pero después me hicieron un plató importante, al séptimo programa se tuvo que quitar, el plató pequeño iba como una bala”.