La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de València aprobó el viernes las bases para seleccionar las fallas municipales de 2020.

Desde hoy, en la web municipal ,se abrirá un plazo de diez días hábiles para que todos los artistas y equipos multidisciplinares interesados puedan presentar sus proyectos.

El próximo 12 de abril, concluido el plazo,  se reunirán los comités seleccionadores para elegir los dos proyectos que se convertirán en las fallas municipales de 2020.

El presupuesto para la falla municipal grande llegará a los 205.000 euros, la misma cantidad aprobada el año pasado y 35.000 euros más que en el año 2018.Para la falla infantil municipal también se mantiene el presupuesto de 28.500 euros, 3.500 euros más que en la penúltima convocatoria.

El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, ha indicado que por cuarto año consecutivo las bases se han consensuado con el Gremio de Artistas Falleros y ha apuntado que también se ha atendido la reivindicación de los artistas de avanzar las fechas de todo este proceso de selección, que este año empieza 24 días antes que en 2018, ha precisado la administración local.

Fuset ha señalado, que nuevamente será «un jurado técnico, despolitizado y con paridad de género» el que elegirá los mejores proyectos para ser plantados durante las Fallas de 2020 en la Plaza del Ayuntamiento de València. «Es un procedimiento justo que prima los criterios artísticos y técnicos, que valora la falla como arte y como elemento central de la fiesta grande de la ciudad, y que apuesta por la sostenibilidad a través de los materiales», ha expuesto el presidente de Junta Central Fallera.

De ese modo, el jurado estará integrado por mujeres y hombres representantes del mundo artístico, fallero y creativo que tendrá que elegir el proyecto fallero que mejor integre características como la sátira de la obra en conjunto, la claridad conceptual y la singularidad de la idea planteada. Igualmente, se evaluará la integración de la obra en el espacio público en que tiene que instalarse, la calidad compositiva y espacial y la facilidad de recorrido, accesibilidad y relación visual desde el exterior.

Junto a estos aspectos, se tendrá en cuenta un año más la adecuación de los materiales con que se construya la obra para una ‘cremà’ lo más limpia y respetuosa posible con el medio ambiente con el fin de «minimizar la emisión de gases contaminantes derivados de materiales químicos de mala combustión».

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