Heredar un piso de 350.000 euros no es igual en toda España. Mientras que un ciudadano de Castilla y León pagaría cerca de 7.000 euros, un valenciano abonaría 37.000€. Así lo estipula el impuesto de Sucesiones, uno de los pagos más polémicos de España por las diferencias existentes entre las autonomías.

Mientras Madrid, Extremadura o Canarias son de las autonomías donde más barato es heredar en Aragón, Asturias y la Comunitat Valenciana sucede lo contrario.

El impuesto de Sucesiones se implantó en el 87. Desde entonces heredar es para muchos sinónimo de pagar. Sin embargo, la cantidad la estipula el lugar de residencia. Según la Constitución, todos los ciudadanos deben contribuir con el gasto público pero siempre que haya igualdad, justicia y distribución equitativa, tres principios que parecen no darse en el caso de este impuesto.

En el panorama político la polémica está servida. Mientras Ciudadanos y PP abogan por su eliminación, desde PSOE y Podemos consideran que la propuesta centralizaría unas competencias que dependen de las administraciones autonómicas.

El debate ha traspasado el Congreso de los Diputados y esta semana se colaba en las televisiones para contar el caso de Antonio, el niño más endeudado de España. Para evitar esto son muchas las familias que a día de hoy apuestan por la donación en vida pero los expertos recomiendan informarse antes ya que no siempre puede salir rentable.

Aunque el pasado mes de octubre el Pleno del Congreso rechazó la proposición de ley con la que pretendía suprimirse el Impuesto de Sucesiones ahora el debate vuelve a estar en la calle. Todo dependerá del próximo 28-A y de la formación de las nuevas Cortes Generales.